El Palacio de los Castejones es uno de los monumentos mas relevantes de Ágreda. Fue mandado construir por D. Diego González de Castejón, a finales del siglo XVI, aunque se terminó en el XVII. Cumplía así la voluntad de su padre, dando vida a un edificio que pudiera servir de alojamiento a los reyes que pasaran por la villa y que, al mismo tiempo, fuera muestra de la magnificencia de una familia de la que proceden varios linajes de importancia, como el de los marqueses de González de Castejón, con palacio en Borja.
Edificio de grandes proporciones, consta de dos plantas
sótano y dos alturas. Con dos torres, el palacio se articula en torno a un
patio con columnas del que parte la escalera monumental cubierta con una
hermosa cúpula.
Cuando en 1809 fallece el V marqués de Velamazán el palacio
deja ser residencia e inicia un proceso de abandono, en la que es destinado a
usos diversos, como escuela, juzgado, cárcel o cuartel de la Guardia Civil.
Desde 1883 es propiedad del Ayuntamiento, aunque no fue hasta 1980 cuando se
inició la restauración integral del mismo.
Se conocía la existencia de un hermoso jardín renacentista
coetáneo del edificio construido por D. Diego González de Castejón, al que
posteriormente se le añadió un jardín barroco. Sin embargo, nada quedaba de
ellos, al haberse perdido por completo al convertirse en una huerta.
En 2001, siendo Alcaldesa Dª. María Jesús Ruiz Ruiz, se
decidió reconstruir el jardín, siendo encargada su realización a la empresa
Citerea S. L., con amplia experiencia en este tipo de realizaciones.
Tras la realización de catas arqueológicas y un minucioso
estudio de sus resultados se pudo conocer el diseño de aquel jardín, pero no
ocurrió lo mismo con la reforma barroca, por lo que se decidió dividir el espacio
ajardinado en dos zonas: El jardín renacentista, propiamente dicho, contiguo al
edificio, y el llamado “Jardín de la Memoria” inspirado en el jardín barroco.
El espectacular resultado ha sido
objeto de varias distinciones y, es digno de ser resaltado el que, a pesar del tiempo
transcurrido, se mantenga en un estado muy aceptable de conservación.
Siguiendo las proporciones áureas (principio de la divina
proporción), se distribuyen, en torno a la fuente central, los parterres de
nudos y el teatro vegetal, con 200 especies vegetales, entre las que se
encuentran plantas aromáticas, medicinales, culinarias y decorativas.
No menos interesante es el Jardín de la
Memoria, inspirado, como hemos dicho, en el Jardín Barroco que sucedió al
Renacentista. Tiene un eje de tilos, y sus avenidas se organizan en una superficie
que queda dividida en distintas plantaciones.
Entre otras curiosidades queremos
mencionar el reloj astronómico, copia del existente en el monasterio de El
Escorial, que discurre por el suelo y que puede pasar desapercibido. Comoquiera
que el jardín puede ser visitado en horarios de mañana y tarde, les invitamos a
conocerlo. Ágreda está muy cerca y tiene muchos atractivos.
Sólo nos queda por resaltar el esfuerzo
que, durante años, viene realizando el Ayuntamiento de la Villa para el
mantenimiento de este espacio ajardinado que no es una tarea fácil, cometido al
que ha estado consagrado, durante años, un empleado ejemplar.
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