El pasado sábado tuvimos la oportunidad de asistir a otro importante acto cultural que tuvo lugar en el Espacio Huecha de Alberite de San Juan. En esta ocasión se trataba de una tertulia literaria, protagonizada por dos jóvenes poetas: Aitana Monzón y Omar Fonollosa, junto con el crítico Manuel Forega y la poeta Marta Domínguez, Directora del Espacio.
Si la semana pasada fue el intenso calor
el que obligó a trasladar el concierto, previsto en el jardín, al interior del
edificio, el sábado fue la amenaza de lluvia la que llevó la tertulia a una de
las salas de exposiciones del Espacio, en la que Marta Domínguez presentó a los
intervinientes que, seguidamente, nos depararon momentos de inolvidable belleza
al manifestarnos sus opiniones y sentimientos en torno a lo que, para ellos, es
la Poesía, teniendo como contrapunto la palabra precisa de una persona de ideas
tan claras como Manuel Forega que supo transmitirnos la importancia de dos
poetas que, a pesar de su juventud, se han convertido ya en un hermoso exponente
de nuestra Literatura.
Aitana nació en Tudela en 2000 y cuenta
con una sólida formación académica, ya que es Graduada en Estudios Ingleses por
la Universidad de Zaragoza y en Literatura Comparada y Poesía Contemporánea por
la Universidad de Kent. Además, ha cursado el Máster en Literaturas Hispánicas
en la Universidad Autónoma de Madrid y el Máster de Educación en la UNED.
Su vocación literaria es un caso de
extraordinaria precocidad y ya con diez años ganó el Primer Premio de Narración
del concurso PIKI con un relato titulado “Mi caballo Miel”. A los doce años se
decanta por la Poesía y, desde entonces, su trayectoria ha estado jalonada por
numerosos reconocimientos. Entre ellos destacamos el premio en el XXXIII
Certamen de Poesía Gabriel y Galán (2018) con Cornualles 1795 y ese
mismo año triunfa en el XXX Certamen Blas Infante (2018) con Gloriphycándote.
Semifinalista en el II Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica. En 2021,
obtuvo el IV Premio “Espasa es Poesía” con La civilización no era esto.
Omar Fonollosa es de San Mateo de
Gállego y tiene 22 años. Ha estudiado Filología Hispánica en la Universidad de
Zaragoza y su labor como poeta ha merecido un prestigioso reconocimiento, como
lo constituye el Premio Hiperión de Poesía, con el que fue galardonado el pasado
año por su obra Los niños no ven féretros. Con 19 años ya había publicado
su primer poemario: Desde la más estricta soledad.
Es también otro caso de precocidad pues,
como ha declarado, su vocación surgió a los diez años escuchando la canción “Ruido”
de Joaquín Sabina. Entre el músico y el poeta existe una relación de admiración
mutua y es curioso que en su TFG abordara “La influencia del tango en Joaquín
Sabina”.
Manuel Martínez-Forega (Molina de Aragón, Guadalajara, 1952) es
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza, ciudad en la
que reside desde 1958. Además de poeta, ensayista y traductor, con una amplia producción
literaria, destaca por su labor como crítico que ejerce con profundo
conocimiento. Sus palabras en Alberite no solo ofrecieron una acertada visión
de la importancia de los dos poetas presentes, sino que transmitieron su pasión
por la necesidad de impulsar algo tan importante como el conocimiento de la
Gramática o de la Ortografía, olvidadas en los actuales programas educativos.
Aitana y Omar emocionaron a los presentes con la lectura de algunos de sus poemas y al final firmaron las carpetas que Miguel Ángel Domínguez había preparado.
En el verano de 1608, el IX vizconde de Évol y conde de
Guimerá, D. Gaspar Galcerán Castro de Aragón y Pinós, convirtió su palacio de
Fréscano en un activo centro cultural, creando una academia literaria con el
llamativo nombre de “Pítima contra la ociosidad”, nombre derivado de un remedio
tópico al que se atribuía la virtud de producir alegría en los melancólicos.
De aquel magnífico palacio apenas queda
otra cosa que su carcasa externa, pues cayó víctima de la barbarie, pero el
recuerdo de aquella academia surgida en el verano de 1608 permanece, junto con
el de Isabel Inés de Eril, condesa de Guimerá, su principal impulsora, junto
con su marido.
El Espacio Huecha se ha convertido en
nuestros días en otra pítima contra la melancolía que nos invade y Marta, al
frente de él, es la imagen viva de la condesa de Guimerá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario