Son varias las publicaciones periódicas que han ido surgiendo en Talamantes y todas ellas gracias al empeño personal de un personaje singular: Manuel Villarroya Pérez. Manolo, que había colaborado en un periódico zaragozano, llegó a Talamantes y, enamorado de la belleza de esa localidad y de su entorno creó allí su “Casa de la Pradera”, convirtiéndose en un talamantino más. Como la vocación periodística la llevaba en la sangre, muy pronto creó la Gaceta de Talamantes, cuyo primer número apareció en junio de 1980, siendo una simple hoja a multicopista, con periodicidad mensual.
Poco a poco, fue creciendo y llegó a
tener 8 páginas. Su elaboración y los gastos que ello ocasionaba corrieron
siempre a cargo del propio Manolo. Ello no impidió que surgieran las críticas,
especialmente cuando, con la libertad que le caracteriza (aunque siempre con
respeto) tuvo que comentar algunos aspectos del municipio. De ahí, que, en
diciembre de 1980, anunciara con dolor la interrupción de la publicación que,
como confesó en su despedida, se había convertido en su quinto hijo.
Pero, el hombre es el único animal que
tropieza dos veces en la misma piedra, decía él cuando, apenas un año después,
presentó la Gaceta Cultural que venía a ser continuación de aquella
primera Gaceta, aunque, en esta ocasión, como órgano de expresión del Centro
Cultural “San Miguel” que había sido creado y que tan importante papel iba a
desempeñar en la vida cultural de la localidad.
El primer número apareció en diciembre de
1982, con doce páginas y contenidos que trascendían lo local. El último se
publicó en diciembre de 1987 y allí se anunciaba que la empresa que colaboraba
gratuitamente en la impresión, había dejado de hacerlo, lo que sin duda influyó
en que dejara de publicarse.
Tuvieron que transcurrir 26 años para
que la Gaceta de Talamantes volviera a ver la luz. Fue en diciembre de
2008, con 12 páginas. En 2011, empleó el color en su portada y contraportada y
así siguió hasta agosto de 2016, cuando apareció un número especial dedicado a
la “Fiel y hospitalaria Ambel” en el que, por cierto, colaboró nuestro
Presidente.
Pero, coexistiendo con ella, surgió la Mini
Gaceta de Talamantes, de la que conservamos cuatro números que aparecieron
esporádicamente, con ocasión de determinados acontecimientos, con doce páginas
y un formato más reducido. En su primer número Manolo relataba la historia de
todas sus revistas, poniéndola en boca de la joven Mini Gaceta.
En 2007, Manolo tuvo que ser sometido a
un trasplante de hígado en el Hospital Clínico de Zaragoza, del que se recuperó
muy pronto. Un año después, decidió poner en marcha otra publicación la Gaceta
de la Pradera que editaba con ocasión de los “encuentros convivenciales”
que creó para reunir anualmente a un grupo de amigos y profesionales sanitarios.
De ellos surgió el llamado “Club de los 10” al que hemos hecho referencia en
este blog algunas veces. Con extraordinaria generosidad y en torno a una buena
mesa, reunía a sus miembros que disfrutaban de la hospitalidad de su familia y
de los actos culturales que organizaba en casa ocasión.
El nombre hacía referencia a su “Casa
de la Pradera” y el último número apareció en 2018. Un año antes, había
dedicado el ejemplar, con carácter monográfico a nuestro Presidente. Que el
coronavirus interrumpiera todas estas publicaciones no quiere decir que, en algún
momento, puedan volver a resurgir, ya que los periodistas de raza siguen siempre
al pie de su ordenador y a Manolo, en Talamantes lo conocen como “El Periodista”
por excelencia.
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