viernes, 2 de noviembre de 2018

Una pieza que retorna al Centro



         A través de la Profª. Dª. Rebeca Carretero ha regresado a nuestro Centro esta pequeña pieza de nuestras colecciones que había sido sometida a análisis, en el transcurso del estudio que realizó D. Javier Delgado sobre diversos frontales de altar de nuestra zona.

         Porque se trata del único resto conservado del frontal que existió en la antigua parroquia de San Miguel de Borja, el cual nos fue entregado por D. Francisco Domínguez Pablo.

    



         De todos es conocida la existencia del magnífico frontal existente en el altar mayor de la colegiata de Santa María, realizado en estuco veneciano, que ofrece la singularidad de estar firmado “Ambrosius Mariesque Natione Veneciana fecit año 1688”, del cual parte toda una saga de trabajos similares que el mismo artista y otros seguidores realizaron en diferentes lugares de Aragón. Pero el frontal de San Miguel ha pasado desapercibido, entre otras razones porque fue destruido y del que el único testimonio conservado es ese pequeño fragmento.



         Cuando el obispo D. Manuel Hurtado desacralizó el templo para alquilarlo como almacén al Servicio Nacional del Trigo, las obras de arte existentes que había en su interior fueron llevadas a la parroquia de San Bartolomé y a otros lugares que dispuso el prelado.




         Sin embargo, pocos años después la iglesia de San Bartolomé fue demolida para construir el actual templo. Ello provocó una de las mayores pérdidas patrimoniales de nuestra ciudad, dado que además de destruir un edificio de indudable interés, con su pequeña torre mudéjar, la mayor parte de su exorno fue enajenado para afrontar el coste de las obras y otras fueron destruidas. Ese fue el caso de la antigua pila bautismal con las armas de Borja en su exterior o el frontal al que estamos haciendo referencia, ya deteriorado, que terminaron desmenuzados en la hormigonera. La pieza ahora recuperada nos sirve para recordarlo.

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