miércoles, 7 de noviembre de 2018

¿Y si el profesor kazajo tuviera razón?


         El pasado mes de agosto recibimos en nuestro Centro la visita del Prof. Zambyl Artykbayev, Profesor de Ciencias Históricas de la Universidad Nacional “Eurasia” de la República de Kazakstan, acompañado por su hija Akbote, tal como informamos en su momento.





         A pesar de las dificultades de comunicación dado que únicamente hablaba su idioma, nos sorprendió al afirmar que los topónimos “Aragón” y “Borja” procedían de su país, donde denominaban a un clan y a un subclan que, en un momento determinado, habían avanzado desde esas lejanas tierras para establecerse en la península ibérica y en concreto en Aragón. Creímos entender que esa migración se había producido en el siglo IV de nuestra era, lo que nos pareció inverosímil, dado que no conocíamos ningún testimonio de lo que, sin duda, tuvo que ser un hecho relevante.
         No obstante, en el último número de la revista de divulgación Historia de Iberia Vieja acabamos de encontrar la noticia de un estudio publicado en la New Scientist y realizado por científicos de la universidad de Harvard, con los que ha colaborado el biólogo español Carles Lazueza-Fox, en el que afirman que hace 4.500 años la península ibérica fue ocupada por jinetes caucásicos que desde Mongolia avanzaron hasta aquí, provocando el exterminio de la mayor parte de los hombres que ocupaban nuestras tierras.
         Corroborando esa hipótesis genetistas de la universidad de Cambridge, junto con especialistas del Trinity College de Dublín, han podido constatar, tras el análisis de los restos de 14 personas encontradas en yacimientos de Portugal, que presentan rasgos genéticos coincidentes con poblaciones de esa procedencia. Actualmente, se cree que nuestra península fue colonizada por gentes del este del continente en dos ocasiones: hace unos 8.000 años, por vez primera, y hace 4.500 por segunda vez.
         Lógicamente ello no quiere decir que la teoría del Prof. Artykbayev puede ser asumida completamente, entre otras razones porque para ello tendríamos que conocerla en su totalidad y, especialmente, contextualizarla en la época a la que realmente se refiere, cosa que no hemos podido constatar. Lo único que aquí queremos señalar es que parece demostrarse la llegada de individuos, procedentes de las estepas asiáticas, hasta nuestra tierra en varias ocasiones.

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