martes, 17 de enero de 2017

Santoral del 17 de enero


San Antonio Abad (siglo III). Destacamos en primer lugar a este Santo, también conocido como San Antón, dado el arraigo que tiene en nuestra zona, al que nos referimos en otros artículos. Aquí queremos reseñar simplemente que había nacido en Egipto en el año 251 y que, cuando tenía 20 años, vendió todas sus posesiones, repartió el dinero a los pobres, y se retiró al desierto donde vivió como anacoreta durante toda su vida, siendo el principal impulsor de las comunidades eremíticas que surgieron en esa zona. Falleció a la avanzada edad de 105 años.




Santos Espeusipo, Elausipo, Melasipo y Leonila (siglo II). Originarios de Capadocia fueron, según la tradición, tres mellizos que fueron martirizados durante la persecución de Marco Aurelio, junto con su abuela Leonila. Nada se conoce de sus vidas pero sus nombres aparecen registrados desde la antigüedad, siendo objeto de especial culto en Francia y, en concreto, en Langres, donde se conservaban sus restos.        



San Julián Sabas (siglo IV). También conocido como Julián “el viejo” (palabra a la que equivale Sabas),  había nacido en Anatolia y, durante la época de la herejía arriana, huyó a Mesopotamia para vivir como un eremita, alejado del mundo. Más tarde, fundó un monasterio en Edesa, donde falleció hacía el año 377. Es considerado el precursor de los numerosos eremitas que hubo en esa zona, atraídos por su ejemplo.     



San Marcelo de Die (siglo VI). Nacido en Aviñón, era hermano de San Petronio, obispo de Die, que se encargó de su educación y fue quien lo ordenó sacerdote, sucediéndole después en esa sede episcopal. Le tocó vivir también la turbulenta etapa de la herejía arriana, contra que la lucho incansablemente, siendo desterrado por el rey Eurico, que era arriano, falleciendo en 510. Actualmente, es patrono de la diócesis, conjuntamente con su hermano y predecesor.



San Sulpicio Pío (siglo VII). Nacido en Vatan (Francia) hacia el año 576, en el seno de una familia noble, cursó la carrera eclesiástica, educándose en la escola palatina de la corte. Fue ordenado presbítero el año 612 y ejerció como capellán real. Sucedió en la sede de Bourges al obispo San Austregisilo que había sido quien le confirió la ordenación sacerdotal. Su presencia está documentada en el concilio de Clichy (626). No dudó en enfrentarse a los monarcas en defensa de los fieles que tenían confiados y, al final de su vida, se retiró a un monasterio cercano a Bourges, donde falleció el 17 de enero de 646. Gozó del favor de las gentes que le llamaban “pío”, como equivalente a “bueno” y su tumba se convirtió en centro de peregrinación.



Beato Gamalberto (siglo VIII). Nacido Michaelsbuch (Alemania), en el seno de una acaudalada familia, renunció a la carrera militar, dedicándose a los trabajos del campo hasta que emprendió una peregrinación a Roma, donde fue ordenado sacerdote, regresando a Baviera para hacerse cargo de la parroquia de Michaelsbuch, donde ejerció su ministerio pastoral durante más de 50 años, dando ejemplo de dedicación y entrega a los más humildes. Al final de su vida entregó todos los bienes que había recibido por herencia a San Utón, al que había bautizado, para que construyera el monasterio de Metten.  Falleció hacia el año 802 y su culto fue confirmado por San Pío X en 1909.



Santa Roselina de Villeneuve (siglo XIII). Nacida en el castillo de Arcs (Provenza, Francia) el 27 de enero de 1263, era hija del barón Arnaldo des Arcs de Trans y de Sibilla de Sabran. Aunque fue educada en un convento de clarisas, decidió profesar en la orden de la cartuja, buscando mayor rigor y austeridad. Profesó el día de Navidad de 1280, cuando tenía 17 años en el monasterio de Bertrand, donde deseaba permanecer. Sin embargo, por influencia de su padre, fue enviado al de Celle-Rouband, donde era abadesa una tía suya, a pesar de lo cual vivió de acuerdo con la regla de la orden, en completo silencio, entregada a la oración. Fue elegida abadesa y, al final de su vida, pidió ser relevada, falleciendo el 17 de enero de 1329, siendo venerada como Santa inmediatamente. Su culto fue confirmado en 1851 y cuerpo incorrupto se ha conservado hasta nuestros días en esa cartuja. Se la representa con flores, en alusión a un prodigio acaecido en su juventud, cuando al reprocharle su padre que entregara pan a los pobres, se convirtió en rosas, algo que comparte con otras santas.



San Jenaro Sánchez Delgadillo (siglo XX). Nacido en Agualele (México) el  19 de septiembre 1886, en el seno de una humilde familia, cursó los estudios eclesiásticos en el seminario de Guadalajara, siendo ordenado sacerdote el  20 de agosto de 1911. Ejerció su ministerio pastoral en varias parroquias y, en 1923, fue nombrado vicario de
Tamazulita, en la diócesis de Autlán. Allí le sorprendió la persecución desatada contra los católicos mexicanos, a pesar de lo cual siguió cumpliendo su cometido. El 17 de enero de 1927 fue detenido por tropas federales, sin ofrecer resistencia, junto con otras personas. Llevado a un cerro, fue martirizado y atado a un árbol, donde permaneció toda la noche. Al amanecer, regresaron los soldados y al ver que continuaba vivo, le dispararon un tiro al hombro para hacerlo sufrir y finalmente lo mataron con una bayoneta. Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y canonizado por San Juan Pablo II el 21 de mayo de 2000.

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