San
Feliciano de Foligno (siglo III). Nacido en la actual
localidad de San Giovanni Profiamma (Italia), hacia el año 160, pertenecía a
una familia cristiana. Ordenado sacerdote desarrolló un gran labor apostólica
hasta que, el año 204, fue consagrado obispo de Foligno por el Papa Víctor I.
Rigió esa sede durante más de 50 años, hasta que, durante la persecución de
Decio, fue detenido cuando ya tenía 94 años, sufriendo numerosas torturas.
Según la tradición, falleció cuando era conducido a Roma para ser ejecutado,
hacia el año 250.
San
Sabiniano de Troyes (siglo III). Originario de la isla de
Samos, deseando abrazar la fe cristiana, a pesar de la oposición de su padre,
abandonó su hogar y marchó a la Galia, donde fue bautizado por San Patrocolo de
Troyes, desarrollando después una gran
labor de evangelización. Detenido durante la persecución de Aureliano, fue
decapitado en Rilly-Sainte-Syre, el año 275,
junto a su hermana Santa Sabrina. Hasta aquí la tradición, dado que, salvo la
noticia de su antiguo culto como mártir, no existen datos fiables de su
biografía.
San
Babil de Antioquía (siglo III). Es uno de los Santos cuyo
culto está más arraigado en nuestra zona. Fue obispo de Antioquía, siendo
consagrado el año 237 y fue encarcelado durante la persecución de Decio,
sufriendo el martirio, hacia el año 250, junto con tres niños discípulos suyos,
llamados Urbano, Prilidiano y Epolonio, por lo que se le suele representar
junto a ellos. Sin embargo, debemos recordar que en Navarra y en algunas otras
partes se celebra otro San Babil, al parecer nacido en Cascante y obispo de
Pamplona. Las reliquias del San Babil oriental fueron las primeras en ser
trasladadas, concretamente al lugar donde se encontraba el oráculo de Apolo en
Dafne.
San
Exuperancio de Cíngoli (siglo V). Originario de África,
había nacido en el seno de una familia probablemente arriana. Quiso recibir el
bautismo católico y se dedicó a evangelizar el norte de ese continente. Marchó
después a Italia, donde fue consagrado obispo de Cíngoli, sede que rigió
durante 15 años. Es Patrón de esa
ciudad.
Beata
Paula Gambara Costa (siglo XV). Nacida en 1463 en Brescia
(Italia), en el seno de una familia noble, contrajo matrimonio con el conde
Ludovico A. Costa, un hombre de vida completamente ajena a la Religión, que
arrastró a su mujer hacia los placeres mundanos, hasta que tras un providencial
encuentro con el beato franciscano fray Ángel de Chivasso, decidió trocar sus
costumbres, ingresando como terciaria franciscana. Su marido reaccionó
violentamente y la sometió a todo tipo de vejaciones, entre ellas la de alojar
en el domicilio familiar a una amante. A partir de ese momento, Paula
consagrado su vida a orar por la salvación del esposo y de la amante. Habiendo
contraído ésta una grave enfermedad, la cuidó con solicitud, hasta su
fallecimiento tras haber recibido los Sacramentos. Ello conmovió al conde que
murió también reconciliado. Ya viuda, se dedicó a cuidad de pobres y enfermos,
muriendo santamente en Bene Vagienna (Cúneo) el 24 de enero de 1515. El papa Gregorio XVI confirmó su culto el 14
de agosto de 1845.
San
Francisco de Sales (siglo XVII). Nacido en el castillo de
Sales (Italia) el 21 de agosto de 1567, pertenecía a una familia noble que le
envió a estudiar a París, donde cursó Derecho y Teología, completando su
formación en la universidad de Padua. Al graduarse fue nombrado por el Papa
deán del cabildo catedralicio de Ginebra, aunque todavía no era sacerdote. Fue
ordenado en 1593 y lo que pudo haber sido una mera excusa para disfrutar de una
prebenda, se convirtió en el inicio de una auténtica vocación religiosa,
tomando como ejemplo a San Francisco de Asís y San Felipe Neri. Enviado a una
zona de amplia mayoría calvinista supo ganarse con su ejemplo la voluntad de
sus moradores, realizando una gran labor de evangelización, habiendo padecido
dos intentos de asesinato. Nombrado obispo coadjutor de Ginebra, sucedió al
titular a su muerte, acaecida en 1602. En colaboración con Juana Chantal, fundó
en 1610 la Orden de la Visitación de María. Falleció en Lyon el 28 de diciembre
de 1622, siendo canonizado, en 1665 por el papa Alejandro VII. En 1877, se le
concedió el título de “Doctor de la Iglesia”, fijando la Iglesia Católica su
fiesta litúrgica el 24 de enero. En 1877 recibió el título de Doctor de la
Iglesia, como reconocimiento a su ingente labor como autor de obras doctrinales
y catequéticas. Es Patrón de los escritores y periodista, así como de la
familia salesiana.
Beatos
Guillermo Ireland y Juan Grove (siglo XVII). William
Ireland había nacido nacido en Inglaterra en 1636. Estudió en el Colegio inglés
de Saint-Omer (Países Bajos) y después ingresó en la Compañía de Jesús, cuando
acababa de cumplir 16 años. Estudó Teología en Lieja y fue ordenado sacerdote
en 1667. Regresó a Inglaterra diez años después como ecónomo de la misión de
los jesuitas. Juan Grove era laico y desempeñaba el cometido de asistente legal
en el desempeño de su función. Ambos fueron detenidos bajo la acusación de
conspiración. El denunciante fue el clérigo protestante Titus Oates que quiso implicar a los jesuitas en una
supuesta trama para derrocar a Carlos II. A pesar de su inocencia fueron
ejecutados en Tyburn el 24 de enero de 1679. El Papa Pío XI los beatificó en 1929.
Curiosamente el delator Titus Oates terminó siendo condenado a muerte por
perjurio.
Beata
María Poussepin (siglo XVIII). Nacida en Dourdan
(Francia) el 14 de octubre de 1653, en una familia cuyo padre se dedicaba a la
confección de medias de seda. Tuvo seis hermanos, de los que sólo sobrevivió
uno. A la muerte de su progenitor, en 1693, tuvo que hacerse cargo del negocio
familiar. Algún tiempo después, en unión
de otras compañeras fundó la congregación de las Hermanas de la Caridad Dominicas
de la Presentación que, tras un largo proceso, fueron reconocidas en 1724. Su
carisma estaba orientado a la instrucción de la juventud, el cuidado de los
pobres enfermos, y la vida en pobreza y dedicación al trabajo. Falleció en el convento
de Sainville el 24 de enero de 1744. Fue beatificada por San Juan Pablo II el
20 de noviembre de 1994, siendo reconocida como “Apóstol Social de la Caridad”.
Beatos
Vicente Lewoniuk y doce compañeros (siglo XIX). Se
trataba de un grupo de laicos católicos de rito bizantino, residentes en
Podlasie, una región polaca que, en aquellos momentos, estaba bajo control
ruso. La política de los zares era que todos sus súbditos se incorporaran a la
Iglesia Ortodoxa Rusa y para ello fueron sometiendo a las restantes
confesiones, persiguiendo y encarcelando a los que se resistían. El 24 de enero
de 1874 llegó a la localidad de Pratulin un destacamento de soldados con la
misión de incautarse de la parroquia y entregarla a la Iglesia Ortodoxa. Como
los fieles se resistieron a cumplir lo ordenado, abrieron fuego contra ellos,
matando a 13 personas e hiriendo a otras. Los nombres de las mismas, jóvenes en
su mayoría, eran: Vicente Lewoniuk, Daniel Karmasz, Lucas Bojko, Bartolomé
Osypiuk, Honofrio Wasiluk, Felipe Kiryluk, Constantino Bojko, Miguel Nicéforo
Hryciuk, Ignacio Franczuk, Juan Andrzejuk, Constantino Lubaszuk, Máximo
Hawryluk y Miguel Wawrzyszuk. Fueron beatificados por San Juan Pablo II el 6 de
octubre de 1996.
Beato
Paciano María de Barcelona (siglo XX). Nacido en Barcelona el
29 de abril de 1916, cursó la carrera de Perito Mercantil pero, el 21 de marzo
de 1935, decidió ingresar como capuchino en el noviciado de Manresa. Tras
emitir sus primeros votos en 136, fue enviado a estudiar Filosofía al convento
de Sarriá de Barcelona, donde le sorprendió el inicio de la guerra civil.
Expulsado del convento, con el resto de la comunidad, buscó alojamiento en
diferentes lugares, hasta que el 21 de enero de 1937 fue detenido y llevado a
una checa, de la que salió para ser fusilado en el cementerio de Cerdanyola del
Vallés el 24 de enero de 1937. Tenía 20 años y fue beatificado el 21 de
noviembre de 2015, bajo el pontificado del Papa Francisco, junto a otros 25
mártires capuchinos.
Beato
Timoteo Giaccardo (siglo XX). Nacido en Narzole (Italia),
cursó los estudios eclesiásticos en seminario de Alba, pasando a formar parte
de la Sociedad de San Pablo, en 1917, convirtiéndose en el primer sacerdote y
Vicario General de la misma. Inicialmente, se dedicó a la formación de los
primeros jóvenes que se incorporaron a esta naciente obra. Posteriormente,
marchó a Roma para fundar una nueva casa, retornando a Alba en 1936 y allí
falleció el 24 de enero de 1948, ofreciendo su vida por el reconocimiento de
otra obra paulina, la congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro. Fue
beatificado por San Juan Pablo II en 1989.
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