San
Julián de Sora (siglo II). Según la tradición era un
joven oriundo de la Dalmacia que, durante la persecución de Antonio Pío, llegó
a Italia para predicar el Evangelio. Detenido e incitado a apostar, se mantuvo
firme en la Fe, siendo decapitado el 27 de enero del año 161 en Sora.
San
Julián de Le Mans (siglo III). Según la tradición había
nacido en Roma, donde fue consagrado obispo, siendo enviado a la Galia, donde
fundó la sede de Le Mans, de la que fue primer prelado y rigió durante muchos
años. No se conocen más detalles de su vida, pero fue venerado desde su muerte
e, incluso, su culto se extendió a Inglaterra ya que Enrique II había nacido en
Le Mans, cuya catedral le está dedicada.
Santa
Ángela Merici (siglo XVI). Nacida en Desenzano del
Garda (Italia) el 21 de marzo de 1474, quedó huérfana a temprana edad, siendo
acogida por sus tíos. Su deseo de consagrarse a Dios la llevó primero a
ingresar en la Tercera Orden. Enviada a Brescia para cuidar a una anciana,
permaneció en esa ciudad hasta 1524, en que decidió peregrinar a Tierra Santa.
Durante el viaje quedó ciega, pero curó al regresar. Estuvo en Roma, donde el
Papa le sugirió trabajar allí, pero ella regresó a Brescia, donde en unión de
otras compañeras fundó la Compañía de Santa Úrsula, integrada por mujeres que,
residiendo en sus casas, se dedicaban al servicio del prójimo. Sin embargo, las
normas impuestas por el concilio de Trento, les obligó a vivir en comunidad.
Surgieron así las que serían conocidas como “ursulinas”, dedicadas a la
educación de las jóvenes. Falleció el 27 de enero de 1540 y fue canonizada por
Pío VII en 1807.
Santa
Devota (siglo IV). Nacida en Córcega el año 283, era un joven
cristiana que fue detenida y ejecutada por el gobernador romano de la isla en
304. Según la tradición el cuerpo fue recuperado y quisieron llevarlo al norte
de África, pero la embarcación arribó a Mónaco donde se le dio sepultura,
convirtiéndose en el Patrona del Principado. También lo es de Córcega.
San
Marino (siglo VI). Nacido en Orleans, a comienzos del
siglo VI, profesó a edad muy temprana en un monasterio. Más tarde, fue nombrado
abad del monasterio de Bodón que acaba de fundarse, donde destacó por su piedad
hasta su fallecimiento hacia el año 550. Su vida está rodeada de leyendas y no
se conocen datos precisos de la misma; incluso los autores no se ponen de
acuerdo respecto al nombre del monasterio que rigió.
San
Vitaliano (siglo VII). Nacido en Segni (Italia) fue elegido
Papa en el año 657, siendo el 76º en ocupar la sede de San Pedro. Intentó un
acercamiento con la Iglesia de Oriente que sufrieron diversos altibajos a lo
largo de su pontificado. Fue quien introdujo el uso del órgano en la liturgia.
Falleció en Roma el 27 de enero de 672.
San
Teodorico de Orleans (siglo XI). Era hijo del señor de Château-Thierry-sur-Marne.
Se formó en el monasterio de Saint-Pierre-le-Vif, de Sens, donde era abad un
tío suyo. Posteriormente, desempeñó su cometido en la corte de Roberto el
Piadoso, hasta que, en 1106, fue nombrado obispo de Orleans. Un problema
suscitado con sus canónigos, relacionado con la administración de los
Sacramentos, que intentó resolver convocando un sínodo, provocó que fuera
depuesto por el monarca. Viajando a Roma para defenderse de las acusaciones
vertidas contra él, falleció en la abadía de San Miguel (Tonnerre), como ya he
señalado, murió el 27 de enero de 1023.
San
Gilduin (siglo XI). Nacido en 1052, en el seno de una
familia noble, recibió una esmerada educación. Renunciando a la posibilidad de
una brillante carrera, decidió consagrarse a la Iglesia, siendo ordenado
diácono por su tío el arzobispo de Dol. Cuando éste murió, le sucedió un
prelado indigno que concitó la oposición de la curia. Al final consiguieron que
fuera depuesto y pensaron en Gilduin para ocupar esa sede. Con este fin viajó a
Roma, aunque su propósito era muy distinto, ya que, debido a su juventud (tenía
23 años) no se consideraba apto para ese cometido, sino que pretendía conseguir
del Papa que, en su lugar fuera elegido el abad Evencio que le acompañaba. El
Pontífice acepto la propuesta y, al regreso, marchó a su casa para retirarse
poco después al monasterio de Saint-Pierre-en-Vallée, cercano a Chartres, donde falleció el 27 de enero de 1077.
Beato
Juan de Warneton (siglo XII). Nacido en Flandes, tras
recibir una buena educación, ingresó en el monasterio de Monte San Eloy, en
Arras. Más tarde, el obispo de esa ciudad, que había sido condiscípulo suyo, lo
nombró archidiácono de una comunidad de canónigos creada por él. En 1106, fue
consagrado obispo de Thérouanne que rigió con rectitud en momentos muy
difíciles. Su labor para reducir la indisciplina eclesiástico le granjeó
numerosos enemigos que formularon acusaciones contra él e, incluso, sufrió un
intento de asesinato. Falleció el 27 de enero de 1130, llorado por sus fieles
que, desde el primer momento lo veneraron como Santo. Curiosamente, siempre fue
denominado “Beato”.
Beato
Manfredo Settala (siglo XIII). Nacido en Milán, tras ser
ordenado sacerdote ejerció su ministerio pastoral en varias parroquias hasta
decidió retirarse al monte San Giorgio, cerca del lago Lugano, para vivir como
ermitaño. Su fama de santidad se extendió rápidamente y, desde las poblaciones
de toda la zona, acudían las gentes a pedir consejo y ayuda espiritual.
Falleció el 27 de enero de 1217.
Beata
Rosalía du Verdier de la Solinière (siglo XVIII). Al
reseñar la vida de la beata Marie de La Dive (26 de enero), hicimos alusión a
que fue detenida junto con sus hijas y una religiosa benedictina a la que
habían acogido en su casa. Se trata de la Madre Celeste (Rosalía du Verdier de
la Solinière), familiar suya que pertenecía a la Congregación del Calvario.
Murió en la guillotina el 27 de enero de 1793 y fue beatificada en 1984, con
los 99 mártires de Angers, víctimas del terror que siguió a la guerra de la
Vendée.
Beato
Pablo José Nardini (siglo XIX). Nacido en Germersheim
(Alemania) el 25 de julio de 1821, era hijo de padre desconocido por lo que
adoptó el apellido de su madre, Lichtenberger, que trocó por el de Nardini que
era el del esposo de su tía materna que lo adoptó y educó como si fuera su
propio hijo. Al cumplir los 20 años inició los estudios eclesiásticos en el
seminario de Espira y, posteriormente, se graduó como Doctor en Teología en la universidad
de Munich, con la máxima calificación, siendo ordenado sacerdote en 1846. En
1851 fue nombrado párroco de Pirmasens, llevándose a vivir con él a su madre, a
la que nunca había olvidado. Allí realizó una ingente labor pastoral, entre los
miembros de la comunidad parroquial que eran gentes de escasos recursos. Para
atender a los niños y enfermos, recurrió a unas terciarias franciscanas que
fueron el germen de la congregación de las Franciscanas Pobres de la Sagrada
Familia, fundada en 1855. Falleció muy joven, el 27 de enero de 1862, siendo beatificado por
Benedicto XVI en 2006.
San
Juan María “Muzeo” (siglo XIX). Nacido en Ninziro (Uganda)
hacia 1853, era musulmán y fue vendido como esclavo. Rescatado por San José
Mukasa, pasó a servir como paje en la corte del rey. Bautizado en 1855, pronto destacó
por su sabiduría, a pesar de su juventud. De hecho, el sobrenombre de “Muzeo”,
con el que era conocido significa “anciano” con el sentido de esa palabra en
cuanto a experiencia y don de consejo. Al iniciarse la persecución contra los
cristianos, se refugió con otros compañeros en la selva, donde vivieron en
condiciones muy penosas, acercándose a escondidas y por la noche a una misión,
para recibir la Eucaristía. Cuando el rey Mwanga dio a conocer su intención de
perdonar a los huidos, él sospechó de que se trataba de una trampa, pero
decidió presentarse ante las autoridades para, reafirmándose en su Fe, conocer
sus verdaderas intenciones. Inmediatamente fue condenado a muerte y decapitado
en Mengo, el 27 de enero de 1887. Fue canonizado por Pablo VI, en 1964, junto
con los restantes mártires de Uganda.
San
Enrique de Ossó y Cervelló (siglo XIX). Nacido en Vinebre
(Tarragona) el 16 de octubre de 1840, a los 14 años perdió a su madre, que
siempre había deseado que fuera sacerdote. Por eso, tras ejercer como aprendiz
en un comercio de la familia, ingresó en el seminario de Tortosa, siendo
ordenado presbítero en 1867. Compatibilizó su labor con profesor de Matemáticas
y Física en dicho centro, con una gran labor apostólica, orientada a la
catequesis y a la publicación de obras que alcanzaron gran difusión. Teniendo
como modelo a Santa Teresa de Jesús, a la que profesó una especial devoción, en
1873 fundó la Asociación de "Hijas
de María Inmaculada y Santa Teresa de Jesús" y tres años después, lo que
llamó el "Rebañito del Niño
Jesús", orientados a la formación de niños y jóvenes, hoy integrados en el
Movimiento Teresiano de Apostolado. Pero su principal obra fue la creación de
la Congregación de las Hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús que experimentó
un rápido crecimiento por diferentes países, ya en vida de su fundador. En
1882, coincidiendo con el tercer centenario del nacimiento de Santa Teresa puso
en marcha otro gran proyecto, el de los Misioneros de Santa Teresa de Jesús. Sus
libros y los periódicos que fundó contribuyeron a la difusión de la doctrina
social de la Iglesia y lo convirtieron en uno de los sacerdotes más populares
de la Iglesia española en su época. Falleció el 27 de enero de 1896 en el convento franciscano
de Gilet (Valencia), donde se había retirado para realizar unos ejercicios
espirituales. Beatificado el 14 de octubre de 1979, fue canonizado por San Juan
Pablo II el 16 de junio de 1993.
Beata
María de Jesús Santocanale (siglo XX). Nacida en Palermo
(Italia) el 2 de octubre de 1852, en el seno de una familia noble, sintió muy
pronto la llamada de Dios, aunque dudó entre dedicarse a la vida contemplativa
o activa, optando por ingresar en la Orden Franciscana Seglar, trocando su
nombre de Carolina por el de María Jesús. Recorría las casas de las personas
necesitadas, facilitándoles comida y apoyo, hasta que deseando profundizar en
su carisma, fundo en 1909 la congregación de Hermanas Capuchinas de la
Inmaculada de Lourdes que fue aprobada el 24 de enero de 1923, como instituto
de derecho diocesano por el arzobispo de Palermo, falleciendo Sor María Jesús
tres días después, el 27 de enero de ese año. La congregación sería reconocida
como de derecho pontificio en 1947, siendo beatificada la fundadora el 12 de
junio de 2016.
Beato Jorge Matulaitis (siglo XX). Nacido en Lüginè
(Lituania) el 13 de abril de 1871, la familia se trasladó a Polonia en 1889,
modificando su apellido por el Matulewicz. Cursó los estudios eclesiásticos y
se graduó como Doctor en Teología en la universidad de Friburgo. Ordenado
presbítero en 1898, fue profesor del seminario de Kielce y Vicerrector de la
Academia Espiritual de San Petesburgo. Profesó como religioso en la
Congregación Mariana en 1909 y, en 1911 fue elegido Superior de la Congregación
de Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción, que reformó por completo. En 1911, creó la
congregación de Hermanas Pobres de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada
Virgen María, en 1918. Ese mismo año fue consagrado obispo de Vilnius. Su
incansable labor apostólica le llevó a fundar en Bielorrusia, en 1924, la
congregación de Sirvientas de Jesús en la Eucaristía. Renunció a su sede en
1925, pero el Papa Pío Xi, le confirió la dignidad de arzobispo y visitador
apostólica en Lituania, encargándole la negociación de un nuevo concordato con
las autoridades de ese país y el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas, lo que logró poco antes de fallecer en Kaunas, de forma
inesperada, el 27 de enero de 1927. Fue beatificado por San Juan Pablo II en 1987.
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