Ayer fue Miércoles de Ceniza que, junto con el Viernes Santo, es el único día del calendario litúrgico de ayuno y abstinencia. La imposición de la ceniza constituye el punto de arranque de la Cuaresma, el periodo penitencial que precede a la Semana Santa.
El martes anterior (Martes de Carnaval),
el “Entierro de la Sardina” o la quema de la misma, puso fin en todo el mundo a
las celebraciones del Carnaval.
En todo el mundo…No, porque en una
irreductible aldea de Hispania, sus moradores se disponen a celebrarlo en la
fecha fijada por su druida, al que nada importa el hacerlo en día tan extemporáneo
pues, con la poción mágica que elabora, puede enfrentarse sin riesgo a los
poderes terrenales y celestiales.
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