Como comentábamos ayer, D. Germán Bandrés nos ha hecho entrega de una serie de grabados de Glauco Capozzoli y una serie de recuerdos relacionados con él. Entre estos últimos se encuentra el catálogo de la exposición que, con el título Capozzoli. Preludio de Fantasía, le fue dedicada en la Galería de CortabirtArte de Soria, en diciembre de 2012, nueve años después de su fallecimiento.
El catálogo, muy bien editado, reproduce
a todo color las obras expuestas e incluye un artículo introductorio, firmado
por Raúl Chavarri, y una biografía ilustrada con un retrato del pintor,
ensimismado en la realización de una de sus obras, así como otra fotografía,
tomada en su casa de Barcelona, en la que aparece con Julio Cortázar, la
escritora uruguaya Cristina Peri Rossi y Beatriz Podesta.
Posiblemente, de ese mismo día es esta
otra imagen de Cortázar con Glauco, fumando empedernidamente. Sin embargo, el
escritor no murió de cáncer de pulmón, sino a consecuencia de una leucemia. Hace
tiempo, en este blog, comentamos nuestra visita a su tumba, en el cementerio
parisino de Montparnasse donde fue enterrado, junto con su última esposa, Carol
Dunlop. Una tumba, realizada por sus amigos Luis Tomasello y el escultor Julio
Silva, que está rematada por la imagen de un “cronopio” y sobre la que los
numerosos visitantes depositan todo tipo de ofrendas, billetes de metro,
castañas, vasos o botellas de vino, hojas de papel con frases de sus obras etc.
Entre las fotografías de Germán, se encuentra
esta otra de otro gran escritor, Gabriel García Márquez, el segundo por la izquierda
en la que está dialogando con el escultor y pintor argentino Julio le Parc. En
el centro dialogan Mónica Alonso, la secretaria del escritor y su esposa Mercedes
Barcha. A la derecha un jovencísimo Germán Bandrés, junto con Paco Rodón que
era el director de la Sala Gaudí.
También nos ha donado una obra muy especial, La casa inundada y otros cuentos, que reúne siete cuentos o relatos de Felisberto Hernández, seleccionados por Cristina Peri Rossi. Nacido en Montevideo en 1902 y fallecido en esa misma ciudad en 1964, Felisberto Hernández no sólo fue escritor, sino también compositor y pianista. Su padre era canario, de la isla de Tenerife y fue el mayor de los cuatro hijos que tuvo. Dedicado preferentemente a la Música, su obra literaria es sumamente original y él nunca consideró el impacto que estaba llamado a tener.
La primera edición de La casa
inundada es de 1960. La que hemos recibido fue publicada en Barcelona, por
la Editorial Lumen, con el valor añadido de que el prólogo es de Julio Cortázar
y Glauco Capozzoli realizó un dibujo para cada uno de los siete cuentos. Todo
un lujo.
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