En la calle Santiago de Añón, J. Layo Escartín creó un sorprendente espacio al decorar buena parte de los edificios de la misma, con una serie de mosaicos realizados por él. Aunque en el cartel que conduce a ellos se indica como fecha de su ejecución el año 2018, no disponíamos de imágenes de ellos hasta que, durante nuestra reciente visita a esa localidad, pudimos fotografiarlos.
Este es el aspecto que presenta una de
las fachadas de dicha calle, completamente cubierta de mosaicos que, entre
otras cosas, representan una escena del dance con el perfil de la localidad al
fondo y, más abajo la leyenda de la tía Luviges, cuando tras su portentoso “vuelo”,
regresaba a Añón a lomos de un jumento, poco antes de caer y encontrar la
muerte.
En el piso superior están representados
la Virgen del Pilar y Santiago, este último pensamos porque, al fin y al cabo,
la calle le está dedicada a él y por la relación que tiene con la patrona de
Aragón.
Aún más abigarrada es la decoración de
otra de las casas de la calle, en donde se ha decorado la puerta del garaje con
una vista que recuerda al puente medieval sobre el Huecha y, encima, escenas
agrícolas como el arado de la tierra o la trilla.
Al lado, algunas vistas de la localidad a ambos lados de lo que parece ser un arco árabe que se abre a un paisaje de montaña.
El escudo de Añón, una representación del
lavadero y más escenas de montaña con ganados pastando completan esta
sorprendente decoración que, sin lugar a dudas, ha supuesto un esfuerzo considerable,
dada la técnica utilizada y la minuciosidad en el diseño.
Pero, además, la medianería de la casa
contigua también ha sido decorada; en este caso con imágenes aisladas y,
asimismo, pudimos ver el bonito diseño de las placas de otros edificios, obra
también del mismo autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario