Una de las piezas de mayor interés que
se conservan en el Museo de la Colegiata de Borja es la imagen de San Miguel,
que fue la titular de la antigua parroquia dedicada a ese arcángel. Acerca de
su autoría dio noticia D. Rafael García, al afirmar que había sido realizada
por Simón Lacasa, un escultor natural de Borja que residía en Huesca.
Cuando publicamos el primer tomo de nuestro Diccionario Biográfico, incluimos a este escultor, del que habíamos podido saber que era hijo de Diego Lacasa y de Rosa Castro, habiendo sido bautizado el 28 de octubre de 1708 en la parroquia de San Miguel. Junto con algunos otros datos de la familia, poco más pudimos aportar, haciendo notar nuestra sorpresa ante el hecho que apenas se conocieran más detalles de un escultor capaz de realizar una obra de esta categoría, a edad muy temprana.
Inesperadamente, desde Cartagena, se ha puesto en contacto con nosotros el arqueólogo e historiador D. Diego Ortiz Martínez, que conocía lo que hemos publicado sobre Simón Lacasa, para ofrecernos una amplia información sobre este escultor borjano que ha estudiado minuciosamente.
Porque, nuestro escultor se desplazó
desde Huesca a Cartagena para trabajar en su Arsenal. Tras la creación del
Departamento Marítimo de Cartagena, en 1726, seis años después se iniciaron las
obras de su arsenal que, en buena medida, ha llegado hasta nuestros días.
Muy pronto de iniciaron en él la construcción
de nuevos buques de guerra, lo que hizo preciso dotarle de la infraestructura
precisa y de una maestranza que reunía a los profesionales de las actividades
artesanales y artísticas necesarias para esa labor.
Entre los talles que la componían, fue
creado en 1746 uno de Escultura que, inicialmente, estuvo bajo la dirección de Joaquín
Laguna, sustituido más tarde por José Ganga Santacruz. A ese taller se
incorporó nuestro paisano en fecha no precisada, aunque anterior a 1753.
Había llegado de Huesca, acompañado por
otro escultor. No cabe duda de que había nacido en Borja y estaba casado con
María Villamón, natural de Daroca. La primera noticia que se tiene de él, tras
su llegada a Cartagena es la del bautizo, en marzo de 1753, de su hija Antonia
Javiera, en la iglesia parroquial de Santa María de Gracia. Fue la primera de
varios hijos, entre los que han podido ser documentados: Domingo Simón Tadeo
(1755); Simón Tadeo (1757); María Florentina (1761) y José Antonio Tadeo (1763).
Como era habitual en la época, la mayor parte de ellos murieron muy pronto: Domingo
Simón Tadeo, antes del nacimiento de Simón Tadeo; Rosa Florentina en 1761, con poco
más de un año de edad; y la primogénita Antonia Javiera cuando estaba a punto
de cumplir nueve años.
En el arsenal, Simón Lacasa se encargaba
de tallar los mascarones de proa para los nuevos buques. Lamentablemente, no se
ha conservado ninguno. Alguno de los que se muestran en el Museo Naval de
Madrid son réplicas. Pero, como ha destacado D. Diego Ortiz Martínez, su labor
debió ser muy apreciada, dado que en 1761 pasó de la clase que percibía 8
reales diarios por su labor, a la superior, la de los que cobraban 10 y que era
la máxima, estando sólo por encima de ellos el maestro mayor. En ella
permaneció hasta su fallecimiento, ocurrido el 11 de septiembre de 1764.
Su entierro, con un coste de 399 reales, fue costeado por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento -popularmente conocida en Cartagena como Cofradía California- que había sido creada en 1748 y que en sus estatutos recogía, como era habitual en la época, la obligación de la hermandad a realizar tal labor, por lo que los restos de Simón Lacasa reposan desde entonces en la cripta existente bajo la capilla de la cofradía en la citada iglesia de Santa María de Gracia, donde también habían sido sepultadas sus hijas.
Como hemos podido ver, Simón Lacasa
estuvo vinculado desde su llegada a Cartagena con la iglesia de Santa María de
Gracia y con la cofradía california. No en vano es ella la que se encarga de
sacar del Arsenal la imagen de San Pedro, tras obtener el correspondiente permiso
del Ayudante Mayor del mismo pues, al fin y al cabo, San Pedro figura
registrado como encargado de la 3ª Sección de la Maestranza de la Armada.
Nos gustaría dedicar un artículo a la Semana Santa
cartagenera que es impresionante y merece ser conocida. Por el momento,
quedamos a la espera del artículo en el que D. Diego Ortiz Martínez completará
la información que hoy nos adelanta y que para nosotros ha supuesto una auténtica
revelación, a través de la cual hemos podido completar la biografía de un
escultor borjano e, incluso, conocer el lugar en el que reposan sus restos.
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