miércoles, 30 de marzo de 2022

Una obra de Arte que ha regresado a Borja

 

         Hace unos días, al recordar la exposición que, con motivo del II Centenario de la Virgen de la Peana, organizó el Centro de Estudios Borjanos en 1989, hicimos referencia a la obra de D. Baltasar González que había servido para ilustrar el catálogo, lamentando que ya no se encontrara en nuestra ciudad.


         Pero, nuestra alegría ha sido grande al sernos comunicado que ha regresado a nuestra ciudad, tras haber sido recuperada por un destacado miembro de la familia a la que había pertenecido.

         De esta forma, retorna a “su casa” una pequeña obra (sus dimensiones son 200 x 240 mm) de D. Baltasar que viene a sumarse a las que ya se conservan en nuestra ciudad pero que, en este caso, tiene un significado especial por lo que representa.


         Se trata del boceto que el ilustre pintor borjano realizó para la “carroza alegórica representando a Borja” construida para las fiestas del I Centenario de la Virgen de la Peana en 1889. Así lo hizo constar al pie del dibujo que firmó bajo la vista de la parte trasera de la carroza.

         El desfile de la carroza fue un de los actos del Centenario que más expectación concitaron. Para su construcción se creó una comisión, presidida por D. Alfredo de Ojeda, en la que D. Baltasar González fue un elemento fundamental, al igual que en la creación de los primeros gigantes y cabezudos.

         Esta alegoría de la ciudad, plasmada en la carroza, consistía en una joven, ataviada como una matrona romana, que sentada bajo el castillo, llevaba en su mano un estandarte con las armas de Borja.

         Bajo ella, unas niñas sujetaban las gasas, que saliendo del arco de la parte frontal de la carroza, representan a los dos ríos que fecundan las tierras borjanas: el Huecha y el río Sorbán.

         Conocemos muchos más detalles de esta carroza que se instaló en una de las diligencias de Frauca, tras ser desmontado el habitáculo para los pasajeros, colocando sobre las ruedas una plataforma de madera.

         La niña que representaba a Borja era Emilia Benito Pasamar, de 15 años; mientras que la acompañaban fueron Matilde Martínez, de 14 años; Ramona Mendiri, de 12; Antonia Píchez, de 12; Herminia Villares, de 8; y Jesusa Castillo, de 7.

         Se conservan incluso los datos referidos a quienes intervinieron en su construcción y dónde fueron adquiridos los materiales, pero lo que nos interesa destacar es el diseño del escudo de Borja que realizó D. Baltasar que, a diferencia del habitual, era cortado y partido con el león y el castillo en los dos primeros cuarteles, algo que resulta más ajustado a las normas de la Heráldica. Sin embargo, D. Baltasar eliminó la referencia a la dinastía, simbolizada en esa flor de lis que le otorgó, junto con el león, Felipe V por su heroica defensa durante la Guerra de Sucesión.

         Como detalle curioso, debemos comentar que la carroza fue desmontada y reutilizada en la inauguración del ferrocarril de Cortes a Borja que tuvo lugar poco después. No se conserva el diseño de la misma, posiblemente también realizado por D. Baltasar, pero sabemos que en ella aparecía pintada una locomotora, porque se conserva el recibo de las 10 pesetas que le fueran entregadas a Enrique Lozano por “pintar el fondo, barandillas y ruedas de la carroza, así como los escudos, locomotora, etc.”




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