El Instituto de Estudios Altoaragoneses nos ha remitido dos volúmenes de su Colección de Estudios Altoaragoneses. El nº 69 de la misma lleva por título El control del espacio de culto. El linaje de los Cortés y la iglesia parroquial de San Lorenzo de Huesca (siglos XVI-XVII), siendo su autor José Ignacio Gómez Zorraquino.
San Lorenzo, Patrón de Huesca, disponía
de un templo a él dedicado que, en el siglo XVII, fue demolido para construir
uno de mayor amplitud que pudiera acoger a los fieles en fechas especialmente señaladas.
Ello propició la participación de las élites locales en las obra con
contribuciones económicas, a cambio de determinados beneficios espirituales y
materiales.
Los Cortés, señores de Torresecas, una pardina
de la comarca de Huesca, fueron unos de los implicados en esa obra que tuvo
especial significación en los momentos de la Contrarreforma, creando un
beneficio eclesiástico de patronato laical y otras instituciones que, en definitiva,
se enmarcaban dentro de ese control que las personas relevantes de la ciudad adquirieron
de un espacio religioso tan significativo para la capital.
Jesús Rubio Jiménez es el autor de esta
extensa y documentada biografía que lleva por título José María Palacio
Girón. Un regeneracionista aragonés en Castilla, porque José María Palacio
había nacido en 1880, en el seno de una modesta familia de Rasal, pero toda su
vida profesional transcurrió en Soria y Valladolid.
Funcionario del ministerio de Fomento,
profesor de las Escuelas Normales y destacado periodista, su nombre está unido
a la preciosa elegía que le dirigió Antonio Machado, pidiéndole que llevara
flores a la tumba de su joven esposa Leonor.
El libro reconstruye la trayectoria
vital y la producción periodística de un hombre que, en opinión del autor, debe
figurar entre los regeneracionistas españoles que pusieron su pluma y su entusiasmo
al servicio de la modernización de nuestro país.
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