Hacíamos referencia recientemente a una publicación editada por Francisco Domínguez Pablo (1928-1975), de la que hoy ofrecer su contenido. Fue a finales de 1971 cuando tuvo la idea de preparar un folleto que reflejara los aspectos más destacados de Borja, tal como él los veía, y como portada eligió un bonito cuadro de D. Baltasar González, un autor por el que sentía especial devoción y ya lo había dado a conocer en una de las exposiciones organizadas por el naciente Centro de Estudios Borjanos.
En la contraportada aparecía una obra
de Jacinto del Caso, hacia el que también mostraba gran predilección. Como
puede verse la reproducción de las imágenes era de buena calidad, así como el
papel utilizado. Las fotografías corrieron a cargo de Studio Tempo, ya que
tanto Alberto Sánchez Millán como su hermano Julio, tenían una especial relación
con Borja y con nuestro Centro. De la maquetación se encargó Manuel Giménez
Aperte, incluyendo también fotografías de Luis Rueda y Antonio Sánchez. Como
colaborador especial aparecía el bar “Buen Humor” que, junto con la Biblioteca
Municipal, era el “centro de operaciones” de Francisco Domínguez.
El folleto fue concebido para que pudiera
servir como felicitación navideña aquel año y, comoquiera que creían que tendría
una extraordinaria acogida, editaron 1.000 ejemplares. Algo similar nos había
ocurrido a nosotros con la primera publicación del Centro, dedicada a la I
Semana de Borja en Zaragoza. Comoquiera que no teníamos la menor idea sobre los
niveles de demanda para este tipo de “consumibles”, estuvimos a punto de
provocar la quiebra del Centro nada mas iniciar su andadura. Algo parecido le
ocurrió a Paco que, para hacer frente al quebranto económico sufrido, tuvo que
reciclar el folleto, ocultando su carácter de felicitación con una hoja pegada
en la que figuraban los supuestos escudos de la ciudad, de Atarés y de los
Borgia.
Pero este recurso tampoco funcionó y
aún conservamos una serie de esos folletos en los que Domínguez escribió de su
puño y letra unos jocosos comentarios, muy propios de él, sobre su fiasco
empresarial.
Pero veamos, cuáles eran sus
contenidos, dado que son sumamente representativos de la visión de un hombre que
conocía y amaba profundamente a Borja, ciudad que por entonces era muy diferente
a la actual, como reflejan las imágenes que seleccionó.
En primer lugar, se hacía alusión al
Santuario de Misericordia, definiéndolo como “Primera Colonia veraniega de la Provincia”.
La plaza con la fuente; un paseo arbolado que no identificamos y el pilar de
San Miguel (restaurado ahora tras muchos años de abandono) eran las fotografías
elegidas para mostrar los “atractivos” de esa “primera colonia”.
Las fotografías de nuestra ciudad se
mostraban divididas en apartados. Como representación del pasado histórico
eligió una imagen de la fachada arruinada de la Casa de Aguilar y otra del interior
del antiguo Hospital que ya no existía, dado que en 1971 lo que allí había era
un taller de muebles. Tanto la Casa de Aguilar como el Hospital (hoy Museo de
la Colegiata) fueron restaurados años después. ¡Cuánto hubiera disfrutado de
llegar a verlos en su estado actual!
Éste eran en su opinión las muestras
más representativas de la “Borja monumental”: La calle de San Francisco, a
través de una foto antigua, dado que en ella puede verse tanto el arco, parte
del cual había sido derribado, como el antiguo palacio de los Mañas, a la
izquierda del mismo que, en aquellos momentos, tampoco existía. La otra foto corresponde
a la calle Mezquita, con el castillo al fondo. En este caso, debemos admitir
que el empedrado que tenía le dotaba de cierto encanto del que carece ahora.
De nuevo utilizó antiguas fotos para
reflejar lo que denominó “Borja típico” En concreto una imagen de la plaza de
Ntra. Sra. de la Peana, de fecha muy anterior a 1971. En ella se ve la “fuente
del Hospital”, una parte de la Casa de las Conchas, ya derribada, y esa bonita
casa situada entre la plaza y la calle de San Juan que fue demolida por
entonces para levantar un edificio de viviendas. La foto del agricultor con su
gorra (de Lieja nos dicen algunos lectores) ya la conocen.
Más complicado lo tuvo a la hora de
elegir encuadres que ofrecieran una visión de Borja, como ciudad moderna. La
elección del paseo era lógica (por cierto, qué diferencia de porte tienen los
árboles con su aspecto actual) y como complemento añadió esta vista de la fachada
del hospital Sancti Spiritus a través de uno de los pórticos del parque de San
Francisco, ahora dotado de un tejadillo. La fuente en forma de cesta se
mantiene, pero la Cruz de los Caídos fue retirada hace tiempo.
En el imaginario popular permanecía
vivo el recuerdo de las parras existentes en el “Barrio Verde” y en otros lugares
del casco urbano, las cuales fueron cortadas tras grabar el Ayuntamiento con un
arbitrio (no muy elevado) a sus propietarios. Hasta se animó a dedicarles un poema
que firmó con el seudónimo de “Francisco de Borja”.
El folleto incluía también las
fotografías de personajes, nacidos en nuestra ciudad, que consideraba relevantes;
una selección que no estuvo exenta de polémica. Entre los de primer nivel
figuraban D. Carlos Sánchez del Río Sierra y los hermanos D. Alfredo y D.
Rafael de Ojeda y Nogués. Las fotografías que consiguió no eran actuales y,
aunque en la de D. Alfredo se indicaba que era de su época de Jefe de la
Oficina de Turismo de la Embajada de España en Roma, la de D. Rafael, al que presentaba
como “Agregado Naval” en Washington (no lo fue) había sido realizada cuando
ingresó en la Escuela Naval Militar.
En cuanto a los músicos los elegidos
fueron D. Valentín Ruiz, maestro de capilla de la catedral de Granada: D. Ramón
Borobia Paños y el joven D. Francisco Peña Sanmartín que destacaba como
organista.
Entre los artistas, dedicó una página
completa al escultor José Sanmartín, mientras en otra figuraban los restantes
seleccionados: los pintores Jacinto del Caso, José Pasamar, Santiago Sebastián,
Maribel Ximénez y María Urchaga (como recuerdo de una época anterior). Entre
los escultores, el joven Antonio Gómez y el veterano Joaquín Irache Macaya.
Finalmente, como deportistas destacados
incluyó a Ignacio Almau (Halteforilia), los hermanos Pedro y José Antonio
Catarecha (Lucha libre) y los atletas María José Gago y Luis María Garriga
De todos los retratados entonces, sólo
viven Francisco Peña, Antonio Gómez, Maribel Ximénez, Ignacio Almau y Luis
María Garriga. Un recuerdo cariños para todos los que nos dejaron y nuestros
mejores deseos para los supervivientes.
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