En alguna ocasión anterior ya nos hemos referido al problema planteado por la falta de un inventario global de todos los bienes artísticos destruidos durante la II República y la guerra civil. En una época en la que tanta atención se dispensa al patrimonio exiliado en otros países o a los aspectos relacionados con nuestra última contienda, llama la atención que no se haya intentado cuantificar o evaluar la incidencia que tuvo sobre el Patrimonio Cultural de todos los españoles la actitud de determinados sectores contra el Patrimonio religioso.
Afortunadamente, poco a poco, hay algunos
estudios como los que acabamos de incorporar a nuestros fondos. El sacerdote de
la diócesis de Ourense D. José Ramón Hernández Figueiredo es el autor de Destrucción
del patrimonio religioso en la II República (1931-1936), a la luz de los
informes inéditos del Archivo Secreto Vaticano, que fue publicado por la
Biblioteca de Autores Cristianos en 2009.
El autor es Doctor en Historia
Eclesiástica por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, y Diplomado en
Archivística por la Escuela de Paleografía, Diplomática y Archivística de la
Ciudad del Vaticano. Profesor de Latín e Historia Eclesiástica en el Instituto
Teológico “Divino Maestro” de Ourense, Director de la revista Auriensia
e investigador del Instituto de Historia Eclesiástica de la Iglesia Nacional
Española de Roma. Ha publicado diversas obras de gran interés, entre las que
destaca la que estamos comentando, basada en fuentes tan importantes como la
documentación conservada en el Archivo Secreto Vaticano.
Circunscrita al período comprendido
entre la proclamación de la II República y el inicio de la guerra, muestra la
realidad de una etapa en la que la quema de iglesias, su saqueo y la destrucción
del patrimonio, cobró carta de naturaleza en sus primeros momentos y,
posteriormente, en momentos trágicos como la revolución de 1934.
El Dr. D. José Jiménez Guerrero, publicó
dos años después del anterior (2011) una obra de extraordinaria importancia: La
destrucción del patrimonio eclesiástico en la Guerra Civil. Málaga y su
provincia, al que con anterioridad le había precedido otro libro no menos
interesante: La quema de conventos en Málaga. Mayo de 1931, en el que relataba
la destrucción de bienes patrimoniales nada más proclamarse la República.
El que ahora comentamos, relata lo
acaecido durante la guerra en cada uno de los municipios de la provincia, basada
en fuentes primarias. Si el panorama que presenta es desolador, el hecho de que
se centre fundamentalmente en la destrucción de edificios, no alcanza a mostrar
la auténtica dimensión de la tragedia que sólo cobrará forma definitiva si fuéramos
capaces de hacer una relación los más minuciosa posible de las obras de Arte
que desaparecieron en aquellos días aciagos.
La carencia de inventarios previos (no
los hay ahora todavía) hace imposible conocer con exactitud lo ocurrido, pero en
esta obra se incluyen datos sobre las obras más valiosas que fueron destruidas.
Ojalá que el ejemplo de Málaga cundiera
y pudiera disponer de una visión similar para todas las provincias españolas.
Ya hemos comentado las consecuencias que toda guerra, como la que ahora padece
Ucrania, tiene sobre el patrimonio, pero cuando, además, se une la saña de una
persecución religiosa, cuya mayor expresión fue el saqueo de los templos y el
asesinato de sacerdotes y religiosos, la catástrofe es aún mayor.
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