Desde el Centro de Estudios del Bajo
Martín nos llega el nº 83 de su revista El Adarve cuyo editorial lleva
por título “Tiempos difíciles”. En él se platean una serie de cuestiones
importantes que, de una u otra forma, afectan a todas las entidades culturales.
Por una parte, los estragos causados por la pandemia que, en el caso de las asociaciones cuyos presupuestos se nutren de las cuotas de sus miembros se han visto sensiblemente mermadas. De hecho, la revista no pudo salir en diciembre del pasado año.
Lo hace ahora, haciendo frente a otro grave
problema, el de la carencia de papel y la espectacular subida que ha
experimentado. Nosotros no hemos tenido que lidiar con ello, dado que, desde
hace más de un año, se nos impide editar nuestras publicaciones, pero sí que lo
hemos sufrido en otros ámbitos. Concretamente, en estos momentos, no podemos
conseguir los archivadores imprescindibles para guardar la documentación generada.
Se quejan también de la falta de
colaboración por parte de los “implicados en las actividades culturales o actos
que se celebran en la comarca”. No les envían crónicas de los mismos. A nosotros
ni tan siquiera nos llegan los carteles y anuncios de los programados. Al
margen de ese habitual clima de desconfianza que impera en nuestros municipios,
pensamos que en ello influye la confianza que se tiene en los propios canales
de distribución de noticias. Si quieren enterarse que consulten nuestra página web
o la de Facebook, suele ser la excusa que ofrecen en muchos casos, sin darse
cuenta que el ámbito de difusión de entidades como nuestros centros excede el
ámbito local y se proyecta mucho más allá, cumpliendo objetivos tan importantes
o más que el mero anuncio de las actividades, como son la imagen que se ofrece
de la localidad en la que tienen lugar y el servir de ejemplo para su reproducción
en otras partes.
A pesar de todo ello, el Centro de Estudios
del Bajo Martín y otros como nosotros siguen su labor cotidiana con entusiasmo.
En esta revista nos informan de muchos actos celebrados como el VII Festifal de
Urrea de Gaén o las Jornadas con la Historia de Albalate.
Los cubiertos de regadío son un ejemplo
de arquitectura popular que se aborda en un artículo. Miguel Gracia y Pilar Orcal
escriben sobre El Forcar, algo más que un cine en Samper de Calanda. David
Castillo lo hace sobre “Lo rural y el 20M rural” y Pabló Romás Vallespí, que es
estudiante de 1º de Periodismo, reivindica la figura del arqueólogo D. Lorenzo
Pérez Temprano.
Eva Gil nos da a conocer los helados de
lujo que se elaboran en Vinaceite y entrevista a la investigadora Dª. Rebeca
Sanz Pamplona, mientras que Alberto Esteban formula un deseo en torno a los
nuevos senderos fluviales del río Martín y Víctor Manuel Guiu nos habla de su
último libro La Global-imbecilización (mal tratado breve de Filosofía Parda).
Dejamos para el final el SOS lanzado
por Sergio Pérez Mallor y Pascual Ferrer sobre el convento franciscano de
Híjar. Presentan como un logro su inclusión en la Lista Roja de Hispania
Nostra. Como llamada de atención, vale, pero poco más. La solicitud para
conseguir del Gobierno de Aragón de una declaración monumental también puede
servir. Pero la clave para la salvación de este monumento que no hay que
olvidar que fue quemado en 1936, sólo pasa por allegar los fondos necesarios
para ello y eso es lo más difícil. Viendo, a través de las fotografías del artículo,
el estado en que se encuentra cabría la posibilidad que la campaña de micromecenazgo
que proponen puede ser un primer paso, unido a otras actuaciones públicas.
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