Mientras esperábamos en la Estanca la llegada de vacas y caballos intentamos captar alguna imagen de las muchas aves que, supuestamente, debíamos avistar en aquel lugar. No vimos ninguna, salvo los que volaban en la lejanía sobre los molinos.
Pero, al mismo tiempo y en el mismo
lugar, Enrique se “hartaba” de obtener con su cámara un buen número de
fotografías en las que proliferaban todo tipo de aves, dejándonos en ridículo.
Es cierto que, aunque las cámaras eran idénticas, él utilizaba un objetivo del
que nosotros carecíamos.
Son fotos muy bonitas, en algunas de
las cuales se ve un buen número de garzas reales, aunque el record lo
estableció con otra foto, de peor calidad y tomada al atardecer, en la que
llegó a contabilizar once garzas en la misma imagen.
De la variedad de aves da idea esta
fotografía en la que con números hemos identificado varias, aunque puede haber
más. La señalada con el nº 1 es una garza real (Ardea cinerea); la nº 2 es
una gaviota, posiblemente Larus argentatus; la nº 4 parece una hembra de
ánade azulón (Anas platyrrhynchos), mientras que la 5 es el macho. Lo
que no sabemos identificar es la que lleva el nº 3.
Y estas son otras imágenes
de ese “paraíso” natural que es nuestra Estanca, un paraje que debemos cuidar y
dar a conocer, facilitando su contemplació con la puesta en marcha de ese
centro privilegiado de observación que es la Casa de la Estanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario