Tras la publicación de los dos artículos sobre la trashumancia, se ha puesto en contacto con nosotros Dª. Inma Serrano Mañas, organizadora del evento, para hacernos varias precisiones.
La primera de ellas hace referencia al
título que elegimos para el primero de los artículos “Accidentada trashumancia”,
afirmando “yo no diría que fue accidentada ya que accidentes como tal no
ocurrió ninguno. Ni vacas, caballos, jinetes ni espectadores resultaron heridos”.
Es cierto lo que afirma nuestra amable
comunicante, pero en castellano el término “accidentado” no sólo guarda
relación con determinados percances físicos, sino que puede aludir a las
posibles alteraciones que puedan producirse sobre las previsiones iniciales.
Cuando hablamos de “un viaje accidentado” no queremos decir que, en el
transcurso del mismo, hayamos sufrido necesariamente un accidente, sino que
hemos tenido que soportar otro tipo de inconvenientes, como los derivados del
tráfico, cortes de carretera, demoras en los enlaces, retrasos etc.
Lo cierto es que la vaca no era brava, sino que como nos indica era “una vaca de conjunto mestizo”. Por eso señala que no era necesaria la intervención de la Policía Local o adoptar precauciones especiales.
Respecto al hallazgo de la res nos informa
de que “la vaca apareció a las 16:30 en uno de los carrizales que estuvimos
revisando todo el tiempo. Justo allí, donde la perdimos de vista, el animal
cansado se tumbó y eso dificultó su búsqueda. El animal salió por su propio pie
junto con los cabestros y fue a las 18:30 de la tarde cuando jinetes, caballos
y ganado descansaban en sus casas, pudiendo calificar la Trashumancia como lo
hemos pasado genial, como siempre, pero de forma diferente”. Además, la vaca no
estaba dotada de GPS, como habíamos indicado.
Finaliza afirmando que “Sentimos no
poder llegar a las horas y lugares programados, pero con animales surgen
imprevistos incontrolables”.
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