Uno de los alicientes de la edición dominical de Heraldo de Aragón, es la de poder leer la sección “El mirador” que firma el Prof. D. Guillermo Fatás, siempre con contenidos de especial interés, que nos ilustran sobre los más variados temas, de la mano de su saber y erudición.
El pasado domingo, con el título “Historia
en añicos”, comentaba el artículo aparecido en la revista Archivo Español de
Arqueología, del que son autores el Dr. D. Isidro Aguilera Aragón, Director
del Museo de Zaragoza y el Prof. D. Borja Diaz Ariño, de la Universidad de
Zaragoza.
Lleva por título “Escritura cotidiana
en el ámbito rural de la Hispania tarraconense. Grafitos sobre cerámica de mesa
de la época altoimperial procedentes del Campo de Borja”, y ya dimos noticia
del mismo en este blog, comentando la importancia de este trabajo en el que se
san a conocer 110 grafitos, realizados en cerámica (la mayor parte de ellos en terra
sigillata), procedentes de diversos yacimientos de nuestra comarca.
Sobre su interés incide el Prof. Fatás
que hace alusión a la larga relación de hombres y mujeres, muchos de ellos esclavos,
identificados por los Dres. Aguilera y Díaz, analizando el sentido de esos
nombres, unas veces despectivos y otras hiperbólicos, pertenecientes a personas,
más o menos desgraciadas, que vivían en una decena de yacimientos del entorno
de Borja, Mallén y Magallón.
Que, con sólo seis letras, los autores
hayan podido identificar un texto literario o la tragedia que puede ocultarse
tras el infeliz Ganapoco de Magallón (Caravi) o el significado del insulto
“cinedo” (sodomita pasivo) que aparece en el fondo de un cuenco, son curiosos aspectos
que destaca el Prof. Fatás.
Interesante es su conclusión acerca de
ese mundo oculto que reside en estos pequeños trocitos de cerámica. De ahí, su
invitación a los lectores a llevar todo lo que encuentren a lugares en los que
puedan ser debidamente interrogados para descubrir su historia.
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