domingo, 8 de octubre de 2023

Otra obra de José Aranda Aznar

 

         José Aranda Aznar (1942-2007) había nacido en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real), localidad en la que tiene dedicada una calle, pero su madre era de Fuendejalón, razón por la cual siempre nos interesamos por su producción literaria como escritor.

         En nuestra biblioteca conservamos todas sus novelas y relatos históricos: La culpa (1979); El que habita en el infierno (1987); Gemidos muertos (1991); Mi ausencia (1992); Bandoleros (1995); La venta de Borondo (1998); Merino, el guerrillero (2000); El Quijote frente a la realidad. Una lectura estadística (2005); y Como Cervantes (2005), de cuya adquisición fuimos dando noticia en este blog.


            Cuando conseguimos su novela La venta de Borondo, destacábamos que estaba dedicado a “mi querido primo Pascual Estrada Aznar, que tendió el camino que une el Campo de Borja, en Aragón, con los cardonales de Paraguaná, en Falcón”.

            De Pascual Estrada (1932-2001) también nos hicimos eco en el tercer volumen de nuestro Diccionario Biográfico. Señalábamos entonces que, aunque nacido en Zaragoza, su madre era también de Fuendejalón, localidad que visitó en numerosas ocasiones, relacionándose con la familia que allí quedó y en donde surgió su primer amor, que siempre recordó. En 1955 se estableció en Caracas, destacando como impresor y autor literario. Hasta el momento sólo hemos conseguido una de sus obras: Rostro desvanecido memoria, publicada en Caracas, en 1973.

 

         Pero volviendo a José Aranda, es preciso resaltar que su verdadera profesión fue la de economista. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense, en 1972 ingresó en el Cuerpo de Facultativos Estadísticos del Instituto Nacional de Estadística, donde desarrolló toda su carrera.  

         Durante seis años fue Subdirector General de Estadísticas Sociales y en 1989 fue nombrado Director General de Estadísticas de Población e Información, cargo que desempeñó hasta su dimisión en 1997, pasando a ser Vocal Asesor de la Presidencia, hasta su fallecimiento en 2007.

         Desde el INE llevó a cabo una incansable labor, tanto a nivel nacional como internacional, ya que vivió los años de la integración española en la Unión Europea. No podemos olvidar su lucha para mantener el Censo General, lo que le supuso, en 1991, serios contratiempos ante la campaña orquestada para impedir su realización.

         Más allá de su actividad literaria publicó también trabajos como La campaña con el Censo de 1991. Memorias para la memoria, dejando constancia de lo ocurrido en aquellos tristes momentos. En 1995 dirigió la obra Música y Estadística y, en 1993, escribió La Sociedad española tras 25 años de Constitución, conmemorando ese XXV aniversario de nuestra Carta Magna. Otro trabajo importante fue el dedicado a “La mezcla del pueblo vasco” que, como los anteriores, estamos intentando conseguir.

 

         Por el momento, el que hemos conseguido es el que lleva por título Cifras contra la crispación, que el Instituto Nacional de Estadística publicó en su honor, tras su fallecimiento, reuniendo una selección de los artículos publicados en el periódico Cinco Días, con el que habitualmente colaboraba y del ya había editado otra selección que estamos a punto de recibir.

         El libro, prologado por Carmen Alcaide Guindo, entonces Presidenta del INE, incluye una “Nota biográfica” y unas elogiosas palabra de Joaquín Leguina Herrán afirmando que “Quienes tuvimos el privilegio de conocer, tratar, compartir afanes y trabajos y, sobre todo, querer a José Aranda sabemos bien de su voluntad, de su impulso creador en todos los terrenos: el literario, sí, pero también en el de la Estadística, de su empuje y, sobre todo, siempre nos quedará su memoria de hombre de bien. Una bonhomía que dejó impresa en todos los ámbitos de su generosa existencia”



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