Ayer, como anticipo, ya publicamos una fotografía del Salón de Actos de la Casa de Aguilar, completamente desbordado por la masiva afluencia de público a la presentación de la obra de María Lerín Berna ¿Y si te comes una magdalena?
Como decíamos, la capacidad de la sala
quedó desbordada y fueron muchos los que no pudieron acceder a ella. Además, a
quienes son seguidores de estas páginas, les ha sorprendido encontrar entre los
asistentes a muchos que no son “habituales” en los actos del Centro y, sobre todo,
destacan la importante presencia de jóvenes.
Ni que decir tiene que, entre quienes
más disfrutaron, se encontraban los familiares directos de María, que ocupaban
puestos preferentes. También llamó la atención, la asistencia de todos los
concejales de los tres grupos de la oposición, a los que los protagonistas de
la tarde agradecieron su presencia.
El acto comenzó con unas palabras del
Presidente del Centro, dando la bienvenida a todos los reunidos para conocer
esta primera obra de la joven psicóloga borjana María Lerín Berna, dedicando un
especial recuerdo a su padre D. Javier Lerín de Pablo que tantas veces habló en
esa misma sala y colaboró, hasta su fallecimiento con el Centro.
Seguidamente, por medio de
un diálogo entre la propia María y la también psicóloga Judit Bona Urbano, fueron analizando
los diez capítulos de que consta el libro y que llevan por título: “¿Quién
eres?”, “¡Qué presión!”, “Cómo combatir la toxicidad”, “Necesidad de encajar”, “El
peligro de empezar una dieta”, “La comida no solo te alimenta”, “¿Adónde te puede
llevar todo esto?”, “Quitar el foco del cuerpo y de la comida”, “Acepta tu
cuerpo” y “Pedir ayuda es un acto de valentía”.
En todo momento destacaron la importancia de las
ilustraciones de Marina Tena y, al final, María respondió a las cuestiones que
le plantearon algunas personas.
Fueron muchos los que se acercaron a que
María les firmara un ejemplar del libro que ya traían o pudieron conseguir en la
sala.
Todo finalizó con el espléndido aperitivo
ofrecido por el Centro y la familia de María, con una oferta que superaba con
creces la de actos de mayor relevancia que pudimos ver recientemente. Presidiendo
la mesa, como no podía ser menos, una cesta con magdalenas que, curiosamente,
nadie se atrevió a comer.
La ocasión resultó propicia para
animadas conversaciones sobre la trayectoria profesional de María y sobre el
éxito alcanzado con su presentación, destacando tanto la presencia de muchas
personas conocidas, como la llamativa ausencia de otras.
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