Premios Literarios con el nombre de Lázaro Carreter

 

         Cerramos la serie dedicada a los homenajes tributados a D. Fernando Lázaro Carreter con informaciones sobre los premios que llevan su nombre, el primero de los cuales, creado en 1999 por El Grupo Editorial Bertelsmann, fue el Premio Iberoamericano de Periodismo “Fernando Lázaro Carreter”. El premio tiene como objeto "fomentar la calidad lingüística entre los jóvenes periodistas de uno y otro lado del Atlántico". A él pueden optar los periodistas menores de 30 años que hayan publicado textos informativos en cualquier diario del ámbito de habla hispana durante el año de la convocatoria. Inicialmente, estaba dotado con un millón de pesetas y dos accésits de 250.000. El primer premio fue concedido al periodista bilbaíno Fernando Goitia Iriondo, mientras que los dos accésits correspondieron al venezolano Boris Muñoz y al argentino Héctor Gabriel Plaza.

         En 2005, la Fundación Germán Sánchez Ruipérez creó el Premio Lázaro Carreter para reconocer “la aportación relevante de una persona que destaque en alguno de los ámbitos de trabajo de Fernando Lázaro Carreter: la filología, la lingüística, la docencia, la investigación, la creación literaria y el buen uso del idioma español en los medios de comunicación”.

 

         El premio, dotado con 25.000 euros y una escultura de Canogar ha sido concedido, entre otras personas, al escritor Mario Vargas Llosa (I edición); al filósofo Emilio Lledó (II edición); al Director de la Real Academia Española D. Víctor García de la Concha (III edición) y a la actriz Nuria Espert (IV edición).

 

         Tras la muerte de D. Fernando, el Gobierno de Aragón decidió crear un premio dedicado al filólogo aragonés, pero alejado del previsible campo de la “preservación de la lengua española”. En lugar de ello, se optó por “el hombre del espectáculo, el hombre más heterodoxo, el espectador anónimo de escenarios y salas de cine”. Su objetivo era el de potenciar, incentivar y reconocer la nueva dramaturgia.

         Nació así el Premio Lázaro Carreter de Literatura Dramática, dependiente del Centro Dramático de Aragón, que se concede el Día Internacional del Teatro. El premio, con una dotación de 6.000 euros y un trofeo, fue otorgado en su primera edición a Mariano Llorente por su espectáculo “Nadie canta en ningún sitio”. En la segunda, lo recibió Alfonso Plou Escolá por su obra “Lucha a muerte del zorro y el tigre”. Plou obtiene un trofeo y una dotación económica de 6.000 euros en metálico. Otro dramaturgo aragonés, Ángel Navas, fue el vencedor de la tercera edición con su obra “Matarile”. En la cuarta edición se alzó con el premio el madrileño José Cruz con la tragedia rural “Los vivos y los m(íos)”.

 

         El más reciente es el Concurso Literario “Fernando Lázaro Carreter. Villa de Magallón” convocado el pasado año por ese ayuntamiento. Abierto a mayores de edad y al alumnado de Educación Primaria y Secundaria, tiene por objetivo premiar al mejor relato infantil o juvenil. El Premio es de 1.000 euros y una caja de vinos, junto con el compromiso de publicación.