La Iglesia celebra hoy la solemnidad de la Inmaculada Concepción que, para Borja, constituye una celebración muy especial, dado que es una de las tres fiestas votadas por la ciudad, junto con las de San Roque y San Juan Bautista, pero a diferencia de estas últimas no responde a un voto efectuado con motivo de epidemias o catástrofes, sino al compromiso formal efectuado por todos los borjanos, en el siglo XVII, de defender lo que mucho más tarde sería proclamado dogma de Fe por la Iglesia.
No es de
extrañar, por lo tanto, que este fervor inmaculista se tradujera en una serie
de obras de Arte, entre las que destaca la imagen de “La Napolitana”,
conservada en el convento de la Concepción, protagonista de la fiesta.
La
iglesia de este convento de religiosas concepcionistas franciscanas, una orden
especialmente vinculada a esta advocación mariana, la tiene por titular y
conserva, asimismo, otras muchas obras de Arte, relacionadas con este dogma.
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En la colegiata de Santa
María, la imagen de su antigua titular (ahora en la sacristía) responde a las
características de una Inmaculada. Fue sustituida, en el siglo XVIII, por la
actual imagen de la Asunción que preside el retablo mayor. En la capilla del Sagrado
Corazón de Jesús, se venera otra Inmaculada, recientemente restaurada.
Pero, en
otros lugares también podemos encontrar imágenes y representaciones de la
Inmaculada. Queremos recordar a la que, en una hornacina, mandó colocar frente
a la ventana de su habitación, en la calle de la Concepción, el gran escritor
aragonés Braulio Foz, para poder contemplarla en la hora de su muerte, como así
sucedió.
O el
gran lienzo que preside la escalera monumental de la Casa de Aguilar, en la que
aparece representada rodeada de angelotes con simbología relacionada con las
letanías lauretanas.
Sin embargo, la devoción a la Inmaculada no se circunscribe a Borja, sino que está presente en otros muchos municipios de la comarca, a los que dedicaremos el siguiente artículo.
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