Hace unos días, comentamos que los madroños de la plaza de Nuestra Señora de la Peana habían florecido, mientras sus frutos comenzaban a adquirir su coloración rojiza. Lo que no sabíamos, por increíble que pueda parecer es que, muy cerca de allí, en el interior de un jardín privado existía un madroño monumental de altura muy superior a la habitual.
El madroño (Arbutus unedo) es
considerado un arbusto, dado que, en contadas ocasiones supera los siete metros.
Sin embargo, el que estamos presentando tiene más de 10, posiblemente debido a
que crece en un lugar umbrío y con cierta abundancia de agua.
Es difícil de fotografiar,
dada su ubicación, pero tiene dos troncos y, en este momento, muestra una gran abundancia
de frutos, en trance de maduración. Su ignorante propietario (pues no se había
percatado de que era un madroño hasta ver esas bayas rojas), está muy contento
por la posibilidad de recolectarlas y elaborar la mermelada a la que hacíamos
referencia en nuestro artículo anterior.
Nos gustaría
que los expertos botánicos comentaran si son frecuentes en nuestra zona
madroños de tan gran porte, aunque en Albeta vimos, en una ocasión, otro
madroño muy grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario