Ayer, por la mañana, tuvo lugar en la Librería Cálamo de Zaragoza la presentación de la novela gráfica Feltrinelli, con la presencia del autor del guion Guillermo Gracia Santos y del ilustrador Nacho Nava.
El acto contó
con la presencia de numeroso público que llenó el espacio destinado para estos
actos en esa librería. Entre él se encontraban familiares de los autores y amigos
zaragozanos, que siguieron con gran interés las intervenciones de ambos.
Fueron presentados
por Francisco Goyanes, propietario y director de esa emblemática librería de la
capital aragonesa, quien destacó la singularidad de la obra y el gran trabajo
realizado para su publicación.
Nacho Nava
comentó el impacto que, para él, supuso el descubrimiento de un personaje tan
importante como fue Giacomo Feltrinelli, cuando le habló de él Guillermo Gracia,
y el reto que supuso convertir en imágenes una vida tan compleja como la suya,
a la vez que sintetizaba una información que podía haber dado lugar a varias
publicaciones.
Guillermo
Gracia, con el verbo fluido que le caracteriza, comentó con gran amenidad la
trayectoria vital de un hombre que, nacido en el seno de una de las mejores
familias de Milán, puso en marcha un imperio editorial que lleva su nombre. A
pesar de ello, su preocupación social le llevó a militar en el Partido
Comunista Italiano y, tras su ruptura con él, a crear una organización revolucionaria
que protagonizó actos terroristas y le llevó a la clandestinidad, hasta su
extraña muerte cuando manipulaba un artefacto explosivo.
Feltrinelli
tuvo una enorme influencia en la cultura europea de su época. El fue quien
publicó la novela de Boris Pasternak Doctor Zhivago, repudiada en la Unión
Soviética, y otra obra emblemática como El Gatopardo. Pero, también,
quien hizo accesibles a muchos jóvenes los textos de organizaciones revolucionarias
hispanoamericanas y quien, por encargo de Fidel Castro, publicó los diarios del
Che Guevara. A pesar de ello, no goza todavía del reconocimiento que merecería,
posiblemente, por el rechazo que suscita entre la izquierda, por sus orígenes
burgueses y, por supuesto, en los medios conservadores.
Tras un animado
debate y la firma de ejemplares, en los que Nacho incluía unos bonitos dibujos,
Guillermo posó, a las puertas de la librería con su hermano y sus padres.
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