Nuestro
reciente comentario sobre las cigüeñas ha despertado gran interés que se
acrecentará, sin duda, con las fotografías que nos acaban de remitir a través
de las cuales puede constatarse que hay otra pareja anidando sobre la linterna
de la antigua iglesia de Santo Domingo.
A raíz
del artículo al que hacemos referencia el ornitólogo D. Enrique Pelayo
Zueco comentó “que la nidificación de cigüeñas en Borja no llegué a conocerla
hasta tiempos relativamente recientes, no antes de la década de los 90”. Sin
embargo, los que tenemos más edad pudimos ver cigüeñas en la espadaña de Santo
Domingo durante muchos años. Nos decían entonces que venían a traer un niño a
la calle Moncayo, lo que, dado el elevado número de nacimientos de aquella
época, solía cumplirse.
De hecho, cuando se
rehabilitó la iglesia como Auditorio Municipal, se instaló en su tejado un
soporte metálico para que las cigüeñas pudieran anidar, aunque nunca volvieron
hasta ahora que seguramente lo ha hecho una de las parejas que vimos competir
por las torres de Santa María. También recordamos a otra pareja que se
estableció hace pocos años en un árbol de un jardín de la plaza de San
Francisco.
Respondiendo
a los interrogantes que planteábamos, Esther Charles Jordán comentó que
"Las cigüeñas, suelen vivir unos 25 años, o más, así que cada año la misma
pareja -ya que también se emparejan de por vida- volverá a criar en el mismo
sitio (filopatria), siempre que pueda. Si uno de los dos individuos de la
pareja muere, o por los factores que sea, no puede regresar a la zona de cría,
otro individuo ocupará su lugar en la pareja. Un buen número de juveniles se
dispersa en busca de nuevas zonas aptas para anidar, pero si las encuentra
cerca, pueden formar colonias de cría. Para dar luz a estas (y otras)
interesantes preguntas, suelen hacerse marcajes de pollos en el nido mediante
anillas”.
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