El “Observatorio
de seguimiento de la promoción turística de Borja”, de acuerdo con los fines
para los que ha sido constituido viene analizando las informaciones que, sobre
la Semana Santa, se publican en los distintos medios de comunicación,
constatando la ausencia de referencias a las ceremonias que tienen lugar en
nuestra ciudad y, lo que es peor, la difusión de errores como el de incluir
entre ellas al Rosario de Cristal.
En
este sentido nos comentaban algunos detalles que merece la pena resaltar como
la existencia de esta hermosa imagen yacente que es la protagonista del Entierro
de Cristo y del Velatorio, así como antaño lo fue de la ceremonia del
Descendimiento.
Porque
se trata de un talla cuyos brazos, mediante el mecanismo que se muestra es
articulada, permitiendo disponerlos en posición horizontal o adosados al
cuerpo. De hecho, en el claustro de la colegiata aún se conserva la gran cruz
de la que era colgada antes de ser “descendida” en el transcurso de la
ceremonia que tenía como escenario el pórtico de la colegiata.
La
imagen es llevada en la tarde del Viernes Santo hasta la plaza de España donde
tiene lugar el sellado del arca, realizado por el “Centurión”, auxiliado por
uno de los “angelicos”.
Coincidiendo
con la colocación del primer sello y en el instante en el que el centurión
golpea con un martillo el arca, se produce el rasgado del “velo del templo”,
rememorando aquel episodio de la Pasión.
Pero,
el Entierro de Cristo borjano reúne otros muchos elementos de interés, como la
imagen de la Virgen, también articulada que eleva sus brazos en además de
llorar, mientras acompaña al cuerpo de su Hijo en el transcurso del desfile
procesional.
O la
participación de un paso de la Muerte, con su guadaña en la que figura la
inscripción “A nadie perdono”, junto con otros elementos simbólicos.
Como
nos indican desde el citado observatorio estos datos y otros muchos más que
podríamos añadir, justifican plenamente la necesidad de instar su declaración
de “Interés Turístico” y una más activa difusión de la Semana Santa borjana
que, por sus propios méritos, forma parte del Patrimonio Cultural aragonés,
manteniendo su profundo sentido religioso.
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