domingo, 11 de marzo de 2018

Publicaciones de Cándido Closa


         No hace mucho, dimos noticia de la adquisición de una obra de D. Cándido Closa Bosser, esposo en segundo nupcias de la abuela de Severino de Llanza Dª. María del Pilar del Campo de Armijo. Tan pronto como tuvo noticia de ello Severino, nos hizo entrega de una serie de sus publicaciones, que conservaba en el archivo familiar, junto con varias fotografías de este ilustre personaje que residió en Ainzón durante sus últimos años.




         Entre ellas nos ha interesado especialmente la que lleva por título Lo inexhausto porqué es eterno en la que con el subtítulo “Una jornada en la falda del Moncayo: impresiones y nada más”, lo que relata es una visita al Santuario de Misericordia, en la que narra el supuesto diálogo con el que fuera rector de la universidad de Barcelona, D. Ramón Garriga Nogués, cuyos restos reposan en la iglesia del Santuario. Poco antes de su fallecimiento D. Javier Lerín de Pablo reunió en un folleto los poemas que diversos autores dedicaron a nuestro Santuario. Quizás sería conveniente hacer algo similar con los relatos que destacados escritores escribieron, tras visitarlo.



         Un factor de interés añadido a ese folleto es que se trata del nº 1 de la edición y está dedicado a Dª. María Cecilia Drudis del Campo, la hija de la segunda esposa de Cándido Closa, con la que se había casado en 1935. La obrita fue publicada en agosto de 1945 y en la dedicatoria a mano se señala que “Esta vez te corresponde a tí ser la primera entre todos mis deudos” porque “Es un derecho que ha conquistado tu cariño, el cual compensa con creces el que también has logrado de tu padrino”. En la foto, aparece el autor, ya de cierta edad, con Cecilia Drudis.



         También relacionado con nuestra zona es el titulado Hablan las piedras, en el que refleja la visita efectuada al monasterio de Veruela, el 15 de septiembre de 1945, en compañía de D. José Forniés del Campo, primo de su mujer y militar que alcanzó el empleo de Coronel de Infantería, con antigüedad de 16 de diciembre de 1936. El texto constituye un emocionado reflejo del detallado recorrido efectuado por el monasterio, teniendo como cicerone a un alumno del Juniorado de la Compañía de Jesús, que en aquellos momentos ocupaba las dependencias del antiguo cenobio cisterciense, un joven de gran cultura y preparación que les facilitó numerosos datos de su historia y de su arquitectura.



         En 1946, Candido Closa había publicado un librito con el título de Etopea, inspirado en Azorín, en el que narra la tragedia de Aureliano Ciprés, un pintor que perdió la vista, tras haber alcanzado cierta fama.




         Envió la obrita al gran escritor Azorín, que le correspondió con una tarjeta, fechada en Madrid el 28 de agosto de 1946, que se conserva con el ejemplar y que constituye un recuerdo especialmente interesante.




         Al hilo de Etopea dio a la luz al año siguiente otra obrita, en esta ocasión titulada Prólogo de Audacias, en el que refleja algunos aspectos autobiográficos como su desengaño de las sinuosidades de la política y de embrollados conflictos sociales, para el que buscó reposo en tierras alicantinas.
         Agradecemos a Severino de Llanza su generosa donación de estos trabajos y de otros a los que haremos alusión en posterior artículo.

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