Nada menos que cinco páginas dedicó ayer Heraldo de Aragón a Fuendejalón. Dos de ellas correspondientes a la serie “Aragón es extraordinario” que escribe Pablo Ferrer e ilustra Laura Uranga y, en ellas, se destaca el buen hacer de las hermanas Mar y Blanca Rodríguez en su restaurante Rodi, en el que ofrecen una sugerente carta en la que la garnacha es elemento esencial en sus productos gourmet. Y todo ello de la mano de Bodegas Aragonesas que, junto con el restaurante, se ha convertido en el mejor escaparate de una localidad que ofrece también otros grandes atractivos turísticos como la iglesia parroquial de San Juan o esa preciosa ermita en la que se venera a la Virgen del Castillo que, como se indica en el reportaje, es mucho más que una ermita.
En un
recuadro se mencionan otras bodegas de la Denominación de Origen, destacando a
Bodegas Ainzón, con su moscatel “que ha trascendido las fronteras aragonesas” y
otros vinos como “Flor de Añón” o el Peñazuela de garnacha blanca.
Pero
junto a las anteriores, el suplemento “Heraldo del Campo” dedicaba otras tres
páginas al nuevo edificio de Bodegas Aragonesas, que se la levantado junto al
anterior.
Bautizado
con el nombre de “Terroir-Garnacha”, el edificio de diseño innovador ha
supuesto una inversión de 7,5 millones de euros y representa un cambio
sustancial en la dinámica de la bodega, que le permitirá incrementar su
producción hasta quince millones de botellas y, al mismo tiempo, disponer de
espacios adecuados para recibir a sus clientes y organizar diferentes eventos.
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