miércoles, 30 de junio de 2021

Sobre un curioso retablo de Vera de Moncayo

         Con motivo del 750 aniversario de la iglesia parroquial de Vera de Moncayo ha sido organizado un ciclo de conferencias sobre el que esperábamos tener noticias directas, tal como nos habían anunciado desde la Institución “Fernando el Católico”. No ha sido así, sino que han preferido contactar con alguno de nuestros miembros o colaboradores. Uno de ellos es el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández quien hablará sobre el exorno artístico de ese templo, para lo que ya se desplazó hasta allí, realizando las oportunas fotografías que le sirvieran de base para un primer estudio, no exento de la minuciosidad con la que suele trabajar, como nos tiene habituados.


         Uno de los retablos que le llamó especialmente la atención fue el que, en la actualidad, tiene como titular a la Virgen de los Dolores. En primer lugar porque, dada sus características, es posible acercarse a su posible autoría que revelará en su conferencia.


         Pero, tras la imagen de la Virgen que, evidentemente, no pertenece a ese retablo, se encuentra lo que por las numerosas letras, aparentemente sin sentido, que aparecen en torno a una cruz, pudiera parecer un jeroglífico, cuando en realidad se trata de la medalla llamada de San Benito, una de las más antiguas existentes y a la que se atribuye un poder especial contra el demonio.

         Según la tradición, aunque se conocía con anterioridad, no fue hasta la segunda mitad del siglo XVII, cuando se pudo interpretar el significado de todas esas letras, por medio de un manuscrito conservado en el monasterio de Metten (Baviera).

         Como hemos señalado, el motivo central es una Cruz que, en el caso de Vera de Moncayo, es una cruz patada aunque puede adoptar otros diseños. En el brazo vertical aparecen las letras C.S.S.M.L. iniciales de las palabras de la frase “Crux Sacra sit mihi lux” que puede traducirse como “La Santa Cruz sea mi luz” o “La Santa Cruz me ilumine”.

         En el brazo horizontal se encuentran las letras N.D.S.M.D. que corresponden a las palabras de la frase “Non draco sit mihi dux” que significa “No sea la serpiente mi guía”, en referencia al demonio, dado que la palabra “draco” puede traducirse como dragón pero también como serpiente con la que se identifica al diablo.

         Entre los brazos de la Cruz, cuatro letras C.S.P.B. que son las de “Crux Sancti Patris Benedicti” o lo que es lo mismo “Cruz del Santo Padre Benito”.

         En la orla que rodea a la Cruz están escritas sin intervalos las letras V.R.S.N.S.M.V.S.M.Q.L.I.V.B. que hay que separar para interpretarlas:

         V.R.S. son las iniciales de “Vade retro Satana”, “Apártate o retrocede Satanás” una fórmula habitual contra el demonio.

         N.S.M.V. que hacen referencia a la frase “Numquam suade mihi vanas” que puede traducirse como “Nunca me persuadas con cosas vanas”.

         S.M.Q.L. de “Sunt mala quae libas” “Son malas las cosas que me ofrece o das a probar”.

         I.V.B correspondiente a “Ipse venena bibas” o “Bebe tu mismo los venenos”.

En definitiva, todo el conjunto responde a una fórmula o conjuro contra el demonio que vendría a ser: “Que la Santa Cruz me ilumine y el diablo no sea mi señor. ¡Retrocede Satanás! Nunca me persuadas con cosas vanas, (porque) son malas las cosas que me ofreces. Bebe tú mismo (esos) venenos”. Frecuentemente se añade en lo alto de la orla la palabra “Pax” o el monograma de Cristo “IHS”, cosa que no ocurre en el caso que estamos comentando.


         Tanto la medalla como la Cruz de San Benito son dos sacramentales reconocidos por la Iglesia que goza de amplia difusión entre los creyentes, entre otras razones porque Benedicto XIV concedió indulgencia plenaria a quienes la lleven, siempre que cumplan las condiciones establecidas para lucrar esta indulgencia.

         Pero, respecto al retablo que nos ocupa, lo significativo es que lo más probable es que fuera dedicado exclusivamente a la medalla. Esa es la impresión que produce al constatar las palmas que la rodean por la parte inferior. Si como parece no hubo otro titular, nos encontraríamos ante un caso singular o, desde luego, poco frecuente.


         Por si alguno no se hubiera percatado, el San Benito al que se refiere la medalla es San Benito de Nursia al que dedicamos recientemente un comentario en este blog. Fue el fundador del monacato occidental y creador de la regla a la que se acogieron muchas órdenes, entre ellas la del Císter de cuyo monasterio en Veruela, dependía la iglesia parroquial de Vera de Moncayo.



 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario