jueves, 10 de junio de 2021

La pérdida de obras de Arte en Borja

         Entre las fotografías que el Prof. D. Pedro Luis Hernando Sebastián nos ha remitido del Museo de Arte Sacro de Teruel que hoy se inaugura, se encuentra ésta en la que aparece un antiguo Calvario, maltratado por el tiempo pero que, convenientemente restaurado, muestra su belleza en una de las salas del citado museo.

         Su contemplación nos ha traído el recuerdo de un lamentable suceso acaecido en Borja y que no es demasiado conocido. En la colegiata de Santa María apareció enterrado un Cristo medieval que lógicamente se encontraba en muy mal estado. Era una pieza importante que hubiera merecido la atención de los especialistas pero el párroco de entonces no sólo ocultó el hallazgo sino que tomó la terrible decisión de quemar la imagen en claustro de la colegiata dado que, en su opinión, era irrecuperable.

         No fue la única “fechoría” que llevó a cabo pues, años más tarde, ardieron en el mismo lugar, formando una gran pira, ornamentos litúrgicos muy antiguos porque ya estaban en desuso. Puede parecer un milagro que se salvaran los que hoy se exponen en el Museo de la Colegiata y otros que formaron parte de la rica colección existente en ese templo.


         Al hablar de las pérdidas patrimoniales acaecidas en nuestra ciudad, en lo primero que pensamos es en la destrucción de iglesia de San Bartolomé, pero solemos olvidarnos de otras anteriores como las que se produjeron en la antigua parroquia de San Miguel, algunos de cuyos bienes se han recuperado posteriormente, pero no los que intencionadamente se destruyeron como el magnífico frontal de su altar mayor, similar al de Santa María o su histórica pila bautismal.


         Lo que muchos ignoran también es que, a comienzos del siglo XX, hubo un párroco que vendió obras de Arte importantes de Santa María, entre ellas esta tabla que representa a San Pedro acudiendo a la llamada del Señor que pudimos ver hace años en una exposición en la Aljafería. Se da la circunstancia de que cuando el historiador norteamericano Chandler R. Post visitó nuestra ciudad, pudo contemplarla en Santa María, atribuyéndola al “maestro de Borja”, procedimiento habitual cuando desconocía el nombre del autor, dándole el de la localidad en la que había encontrado la obra.

         La creación del Museo de la Colegiata supuso un punto de inflexión en la preservación del patrimonio cultural eclesiástico borjano y ello fue posible por la conjunción de varios factores: La actuación del M. I. Ayuntamiento adquiriendo y restaurando el edificio que lo alberga, así como la labor del Centro de Estudios Borjanos donde se elaboró el proyecto museográfico. Pero el museo no hubiera llegado a crearse de no contar con la colaboración del párroco D. Florencio Garcés y, de manera especial, con la del entonces obispo de la diócesis D. Carmelo Borobia Isasa, un hombre excepcional que no sólo apoyó este proyecto sino otro como el de los inventarios de todas las localidades de nuestra zona.

         Pudiera parecernos que ya ha pasado el peligro para el Patrimonio y que los tiempos han cambiado. Sin embargo, hoy más que nunca, debemos estar atentos ante la posibilidad de que, en un futuro no muy lejano, nos encontremos ante situaciones mucho más graves que las descritas o las que se atravesaron en el siglo XIX a consecuencia de la Desamortización.



 

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