Castillo de Arenas de San Pedro

         Hoy nos detenemos en el castillo de Arenas de San Pedro (Ávila) mostrando, como siempre, la postal en la que aparece su estado al comienzo de la década de los años 70 del pasado siglo, que como en los casos de varios de los castillos que hemos venido comentando ha experimentado importantes mejoras.

         Fue mandado construir en 1400 por el condestable Ruy López de Ávalos y, en contra de lo que viene a ser habitual, se edificó en terreno llano. En 1430, con ocasión de la boda de la hija del condestable Juana Pimentel con D. Álvaro de Luna, el castillo le fue entregado a este último como dote de boda. Cuando, como es bien sabido, el poderoso Álvaro de Luna, que había sustituido a Ruy López en el cargo de condestable de Castilla y valido del rey Juan II, fue decapitado en Valladolid, su viuda Dª. Juana se recluyó en este castillo, por lo que es conocido como el de “la triste condesa” que era como firmaba sus cartas tras la ejecución de su esposo.

         Una hija del matrimonio se casó con el II duque del Infantado, pasando la fortaleza a esta importante casa, en cuyo poder permaneció hasta que, en 1853, fue cedido al Ayuntamiento de Arenas de San Pedro.

         Como muchos castillos su situación empeoró mucho a partir de entonces. Pudo haber sido convertido en cárcel y se utilizó como cementerio (por lo visto, cuando se obligó a crear los nuevos camposantos a los municipios, no encontraron lugar más adecuado y barato para ese fin que acondicionar el interior de los abandonados castillos).

         Ya en el siglo XX se consideró seriamente la posibilidad de rehabilitarlo por completo para instalar allí un Parador de Turismo. El proyecto no se llevó a efecto pero, posteriormente, fueron acometidas obras de restauración con el fin de utilizarlo para fines culturales.

         Se puede visitar el interior de la torre del homenaje que dispone de un salón de actos y salas de exposiciones.

         Además, de las visitas teatralizadas y representaciones que se llevan a cabo en el interior, el recinto exterior sirve de marco para acontecimientos deportivos y culturales.