Entre los castillos alaveses destaca el de Mendoza que suele ser conocido como “Torre de Mendoza”, que se ha conservado en aceptable estado, aunque su futuro es incierto por las razones que vamos a comentar.
Construida en el siglo XIII por el IV
Señor de Llodio, D. Íñigo López de Mendoza, perteneció a los duques del
Infantado hasta que, en 1856, fue vendida a D. Bruno Martínez de Aragón y
Fernández de Gamboa (1816-1881), destacado propietario de ideología liberal que
fue Diputado General de Álava.
En 1963, sus propietarios la cedieron a
la Diputación Foral de Álava que procedió a restaurarla, dotándola de iluminación
nocturna. En su interior se instaló el Museo de Heráldica Alavesa. Más de 50
piedras armeras fueron colocadas en el interior del castillo.
Sin embargo, en 2012, aduciendo problemas
de accesibilidad para minusválidos el museo fue cerrado. Aunque se habló de trasladarlo
a la iglesia de Villanañe, al parecer nada se ha hecho y, según algunos
visitantes, aún se pueden ver los escudos en el interior de esa torre para la
que no se ha encontrado destino adecuado, aunque el castillo fue devuelto a sus
propietarios.
La legislación sobre accesibilidad a
los edificios públicos no afecta a los que tengan la consideración de
monumentos. Por ello, no dejaría de ser sorprendente que, por responder a las
demandas de un determinado colectivo, resultara perjudicado un bien patrimonial
que era de uso colectivo.
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