En la colección de postales sobre “Castillos de España” que nos está sirviendo de hilo conductor por este apasionante recorrido por estos monumentos, el castillo de Belmonte ocupa el nº 7, otro de los que, completamente acondicionado constituye una sorpresa para el visitante.
El
castillo fue mandado construir, en la segunda mitad del siglo XV por el primer
marqués de Villena D. Juan Pacheco sobre el cerro de San Cristóbal que se alza
junto a esa localidad de la provincia de Cuenca. Esta imagen aérea da idea de
su estructura y de sus características arquitectónicas, fruto de la
intervención original de arquitectos tan destacados como Hanequín de Bruselas y
Juan Guas, aunque también se advierten reformas muy posteriores.
Porque
la historia del castillo está también unida a la figura de la emperatriz
Eugenia de Montijo, heredera de la casa de Villena, que decidió acometer la
restauración del edificio, manteniendo sus características externas pero
adaptándolo a los gustos de la época. Las obras, iniciadas en 1857, fueron
encomendadas al arquitecto D. Alejandro Sureda que fue quien diseñó el patio
interior que articula las diferentes estancias. Las obras quedaron interrumpidas
tras la caída del II Imperio francés siendo retomadas años después por el duque
de Peñaranda, sobrino nieto de la emperatriz.
Después
de la Guerra Civil, se estableció allí la Academia “Onésimo Redondo” para
mandos del Frente de Juventudes y otras dependencias fueron utilizadas como
cárcel del Partido Judicial de Belmonte. Cayó después en el abandono hasta que
sus propietarios que siguen siendo los duques de Peñaranda alcanzaron un
acuerdo con el Ayuntamiento de Belmonte y el Ministerio de Fomento, a través
del 1,5 % cultural que hizo posible su completa restauración y apertura al
público en 2010.
El
monumento es gestionado por la empresa Fortaleza de Belmonte S. L. que ha
realizado la musealización, dotada con los más modernos elementos que permiten
conocer la historia del castillo y de sus sucesivas restauraciones, junto con
la vida en estas fortalezas en época medieval.
Otros
espacios recrean el ambiente de la época de la emperatriz Eugenia de Montijo,
cuyos retratos pueden verse en varios lugares.
Elementos
importantísimos de su decoración son los magníficos artesonados y alfarjes que
cubren muchas de sus salas o la capilla, a la que corresponde esta última
imagen.
Además
del recorrido turístico, se ofrece la posibilidad de celebrar bodas y todo tipo
de eventos, utilizando para ello desde el patio interior hasta los corredores
superiores que lo bordean o alguna de las salas más espectaculares.
Ha
servido también como escenario para varios rodajes cinematográficos desde “El
Cid” a “El Señor de los anillos”. En esta última película era allí donde tenía
lugar la secuencia de la batalla del abismo de Helm.
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