El
nº 6 de la serie “Castillos de España” ofrecía esta imagen del castillo de
Butrón, del que se afirmaba que estaba en el municipio de Plencia (Vizcaya)
cuando, en realidad, está en el de Gatica (Gatika), situado a unos 11
kilómetros del anterior.
Nos resulta especialmente triste comentar lo acaecido con este monumento, dado que tuvimos la oportunidad de visitarlo en unos momentos de “esplendor”, cuando nada hacía presagiar lo ocurrido posteriormente.
El
castillo, rodeado por un extenso parque, impresiona por su aspecto que, en
cierta manera, recuerda al de Neuschwanstein que mandó construir Luis II de Baviera.
En realidad su remodelación se inspiró en ese modelo.
Porque,
aunque se trata de un castillo medieval cuyos orígenes se remontan al siglo
XII, siendo el solar de la familia de los Butrón, el actual edificio es fruto
de la remodelación encargada en el siglo XIX por el marqués de Torrecilla (propietario
en ese momento del monumento) al arquitecto Francisco de Cubas (marqués de
Cubas), el mismo que realizó el primer proyecto para la catedral de la Almudena,
llegando a ser diputado, senador y alcalde de Madrid.
Cuando
el marqués de Cubas acometió la rehabilitación del edificio se encontraba
prácticamente en ruinas. El encargo respondió a un capricho del marqués de
Torrecillas que decidió invertir sus rentas en una obra de estilo neogótico,
ajena por completo a la arquitectura de la zona. Comoquiera que los trabajos
avanzaban lentamente, no se terminó hasta ya entrado el siglo XX.
De
los Torrecilla pasó después a los duques de Medinaceli y, posteriormente, a la
duquesa de Cardona que lo vendió a la empresa Estudios Arriaga, siendo vuelto a
restaurar entre 1989 y 1992, estableciendo allí su sede social y un
establecimiento hotelero que, entre su oferta, incluía la organización de cenas
medievales y visitas guiadas al castillo.
Fue
entonces cuando lo visitamos, recorriendo sus dependencias y asistiendo a una
de esas cenas, con atracciones. No hemos encontrado las fotografías de
entonces, teniendo que recurrir a las que, de algunas estancias, aparecen en
Internet. Recordamos que el recorrido, un tanto tremendista, incluía las
mazmorras con actores saliendo al paso, aunque la cena creemos que tuvo lugar
en una carpa instalada en el exterior.
Aquel
sueño se quebró más tarde pues no se cumplieron las expectativas de la empresa
y el castillo terminó siendo embargado. Lo adquirió en pública subasta la
empresa inmobiliaria Inbisa, en 2005, por el precio de 1,6 millones de euros y,
desde entonces, ha intentado venderlo sin éxito.
Desde
entonces, el castillo está abandonado y su acceso cerrado con una verja con
malla de gallinero. También el parque que le rodea, con más de quinientas
especies de árboles diferentes, está sufriendo mucho.
Para
quien quiera conocer más datos, hemos encontrado un vídeo en el que, junto con
su historia, se muestran imágenes de su interior. Este es el enlace para verlo.
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