El
Museo de Mataró nos ha remitido un obra de sumo interés, que lleva por título Mataró: de Mancos a Djembereng. Paisatge
sono d’una ciutat, en la que se refleja el proyecto del grupo Mapasonor que,
durante varios años, recogió los sonidos de esa localidad.
Como se destaca en la introducción de Ferran Cuadras estos tipos de trabajos están de actualidad desde que, en los años setenta del pasado siglo, el canadiense R. Murray Schafer inició los estudios sobre el paisaje sonoro. Recientemente, la prensa regional ha dado a conocer la participación de Albarracín en un proyecto similar, financiado por la Unión Europea, junto con representantes de Portugal y Hungria.
Sàgar
Malé señala en su presentación que el estudio realizado en Mataró está
directamente inspirado en el documental que, sobre Berlín, realizó Walter
Ruttman.
Pero,
lo interesante de esta obra que comentamos es que, junto a los registros
sonoros que se reúnen en el DVD que acompaña al texto, cuenta con los
testimonios de varios habitantes de la ciudad, quienes con sus relatos de vida
ofrecen una visión antropológica de gran valor, sobre todo teniendo en cuenta la
diversa procedencia de esos personajes.
A
todo ello hay que sumar el folleto Mataró
en xifres que acompaña a la obra con datos estadísticos que reflejan la
realidad actual de ese municipio catalán.
También
hemos recibido Pere Casanova. Escultor i
col.laborador d’artistes, catálogo de la exposición que estos días se
muestra en el Museo de Mataró.
Nacido
en San Miguel de Campmajor (Gerona) en 1943, ha residido en Mataró desde que su
familia se instaló allí cuando tenía 14 años.
Miembro del PSUC, a través del cual se relacionó con destacados
artistas, él mismo se convirtió en un referente dentro del panorama
escultórico, siendo artífice de buena parte de las obras de otros artistas instaladas
en los espacios públicos de Barcelona y otras ciudades.
Pero él es también un gran escultor y son esas obras más íntimas y personales las que el gran público puede descubrir a través de esta exposición, a través de la cual el Museo de Mataró ha querido rendir tributo de admiración a un artista modesto, pero muy destacado.
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