Ayer, mucho antes del amanecer, cuando
circulábamos por la plaza del Mercado en dirección a nuestro Centro, observamos
que el furgón que todos los días descarga la carne en el establecimiento de esa
plaza iniciaba la maniobra para salir.
Poco después escuchamos un fuerte ruido y vimos detenerse bruscamente al vehículo, del que descendió el conductor para comprobar, como hicimos nosotros, que una de las ruedas se había introducido en una alcantarilla de la que había sido retirada completamente la tapa.
Afortunadamente, no hubo que lamentar
daños en el furgón que pudo salir. La foto fue tomada después de que
intentáramos tapar la alcantarilla. No lo logramos por el peso de la tapa y el
conductor marchó a avisar a la Policía Local.
Ignoramos las razones por las que la
alcantarilla estaba abierta, sin señalizar, a esas de la madrugada. ¿Se trataba
de una gamberrada, fruto de la actuación nocturna de un incontrolado? Parece lo
más razonable, dado que, si respondía a una actuación “oficial”, se hubiera
señalizado. En cualquier caso, fue un incidente de indudable gravedad que pudo
ocasionar daños a los vehículos o incluso a los peatones que no se percataran
del riesgo.
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