sábado, 22 de enero de 2022

Revistas recibidas 404

 

         Acabamos de recibir el nº 391 de la revista Aragón Turístico y Monumental que edita el Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón (SIPA), que como se indica en un encarte “procura ser un embajador en papel de nuestra tierra”, que actualmente dirige nuestro compañero D. Miguel Caballú Albiac, con el entusiasmo y maestría que le caracterizan, logrando un producto de gran calidad.

         Porque, tanto por su diseño e impresión, como por su contenido, estamos ante una excelente revista. Sus artículos distribuidos en las secciones “Arte y Patrimonio”; “Aragoneses”; “Aragoneando”; “Economía” y “Naturaleza” llevan las firmas de destacados colaboradores, 25 en esta ocasión.


         Ante la imposibilidad de dejar constancia de todos ellos, queremos destacar el que el Prof. D. Ángel Millán Esteban, catedrático de trompeta y fliscorno del Conservatorio Superior de Música de Zaragoza, dedica al gran músico D. Luis Fraca Royo, nacido en Ainzón en 1929, ilustrándolo con interesantes fotografías.


         Junto con la anterior, en la que aparece D. Luis en plena juventud, se inserta esta otra realizada en el casino de Caspe. El maestro Fraca interpreta al piano una obra, teniendo en torno suyo a Manuel Pellicer, más tarde catedrático de Arqueología en la Universidad de Sevilla; María Pilar Catalán; y Florencio Repollés, miembro de una saga de políticos socialistas que fue Presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza.


         El otro artículo que queremos mencionar es el que, con el título “Diacronía, diatopía y sociolingüística en textos de Goya” del que es autor el Prof. D. Juan Antonio Frago Gracia, el ilustre magallonero que suele colaborar en la revista y que, en esta ocasión, analiza con precisión las peculiaridades lingüísticas presentes en los escritos de Goya que, como señala, “han de encararse con prudencia”, permitiéndole desmontar muchos tópicos que han circulado sobre la supuesta torpeza del pintor a la hora de utilizar el lenguaje, concluyendo con que “a Goya hay que estudiarlo sin anacronías, centrada su obra escrita en la sincronía en que la produjo, contando con circunstancias como las de su cultura y origen regional, así como con el carácter de su compleja personalidad”.

 



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