Acabamos de conseguir esta postal,
remitida a Borja desde Dresde, en la que aparece el aviador alemán Willy Kanitz.
Era un ingeniero que, el 6 de marzo de 1912, consiguió la licencia para pilotar
aquellos primeros aparatos de aviación.
Combatió en la I Guerra Mundial, logrando la Cruz de Hierro (Eisernes Kreuz), pero, cuando el 14 de agosto de 1915 estaba probando un probaba un nuevo biplano de dos plazas entregado en Niederneuendorf, su avión se desplomó desde una altura de 50 metros, muriendo instantáneamente junto con su mecánico.
El aparato ante el cual posa es un Grade
Eindecker, un monoplano muy ligero, diseñado por el ingeniero y empresario
alemán Hans Grade, conocido como “libélula”, que fue el primer avión con motor
alemán que alzó el vuelo. Con él, Hans Grade ganó el Premio Lanz del Aire el 30
de octubre de 1909.
La postal fue dirigida a Felipe Alfaro
Lapuerta por Erwin Kremm el 24 de noviembre de 1913, cuando aún no había
fallecido el piloto. Ofrece la particularidad de estar escrita en esperanto, el
idioma creado en 1887 por L. L. Zamenhof (1859-1917), con el objetivo de
convertirse en un idioma universal, dada la sencillez de su gramática.
Felipe Alfaro se comunicaba así con otros países, como más
tarde hizo el escritor y poeta invidente D. Alfredo Rodrigo Ballesta, que fue
el último borjano en expresarse en esperanto.
De Fernando Alfaro ya habíamos
conseguido otra postal, en ese caso, remitida por él desde Borja el 25 de
noviembre de 1912, y dirigida a al Sr. S. Stube, residente en la localidad
alemana de Neumühlen-Dietrichsdorf, uno de los distritos de Kiel, el importante
puerto del Báltico. El texto también estaba redactado en esperanto.
La dimos a conocer en un artículo que
publicamos en este blog en noviembre de 2018, recordando a este joven borjano,
hijo de D. Joaquín Alfaro Malumbres y Dª. Gaudiosa Lapuerta que, por lo tanto, era
sobrino del gran poeta borjano, Emilio Alfaro Malumbres, y hermano mayor del
Cronista de nuestra ciudad D. Emilio Alfaro Lapuerta.
Cuando cursaba el último año de la
carrera de Derecho, falleció inesperadamente a los 20 años de edad, en mayo de
1915, un mes antes de finalizar sus estudios. Compartía así el destino de su
malogrado tío, provocando la lógica conmoción entre sus paisanos, sobre todo
por coincidir con la otro joven D. Antonio Sierra.
Buena prueba de ello lo constituye el
hecho de que el semanario local Aires del Moncayo, le dedicara buena
parte de los contenidos de ejemplar aparecido el 11 de marzo de 1915, glosando
su figura y dando cuenta de alguno de los homenajes que le fueron tributados,
entre ellos el de la Congregación Mariana de la que fue miembro activo.
Joven intelectual de grandes
inquietudes poesía una formación enciclopédica y estaba adornado de unas
cualidades que le habían convertido en pilar fundamental de la cultura borjana
y entrañable compañero de otros intelectuales entre los que sobresalía por su
amor a la ciudad en la que había nacido.
Al lamentar su muerte, el Director de
la Congregación Mariana D. José María Pereda, aquel santo varón conocido como
“mosén Pepe”, forjador de varias generaciones de jóvenes, al que le dedicaron
una calle que fue borrada del callejero muchos años después, decía que Felipe
no era para el mundo y por eso fue arrebatado por Dios de sus constantes
peligros, para ser llevado al Cielo a recibir la corona de la gloria, cuando
parecía esperarles un lisonjero porvenir en esta tierra.
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