Ayer era la fiesta de San Antón que un año más quedó completamente eclipsada a causa de la pandemia, hasta el punto de que la celebración eucarística se trasladó al día anterior, coincidiendo con la celebración dominical.
La enfermedad nos privó también de la
tradicional hoguera en la plaza del Mercado y del reparto de patatas y
cebollas, acompañadas de vino, que tanta expectación despiertan en muchas
personas, agraciadas en ocasiones con esos bocadillos de panceta que ese día
saben mejor que nunca.
Ahora, la cofradía de San Sebastián acaba
de distribuir un comunicado en el que anuncia que, “dada la situación
epidemiológica actual”, los actos que cada año organiza en honor a su titular,
han quedado circunscritos a la Misa que tendrá lugar el día 20 en la iglesia de
Santa Clara, a las once de la mañana, y a la que por sus difuntos tendrá lugar
al día siguiente, a las seis de la tarde.
No habrá, por lo tanto, procesión con
la imagen del Santo, ni la hoguera “pirotécnica” que se enciende en la plaza de
San Francisco, con la presencia de la Agrupación de Cornetas, Tambores y Bombos
de San Sebastián y la Verónica, acompañada por el reparto de patatas asadas y
arenques.
Son dos consecuencias más de una
enfermedad que, últimamente, ha alcanzado en Borja la más alta tasa de
morbilidad desde que se iniciara, hace ya dos años, y aunque parece remitir en
los últimos días no nos permite confiarnos, dado que ya nos han anunciado en
demasiadas ocasiones que nos encontrábamos en su fase final.
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