miércoles, 15 de junio de 2022

Castillo de Cardona

 

         Una de las ilusiones de todo coleccionista es la de llegar a completar las series que constituyen alguna de sus colecciones. A esa pulsión no escapamos nosotros que venimos intentando reunir todas las postales de la serie “Castillos de España” que distribuyó Ediciones Vistabella el pasado siglo. Acabamos de conseguir la que hacía el número 67, dedicada al castillo de Cardona, cuando aún no se había convertido en Parador Nacional, tras una completa remodelación. Nos faltan, todavía, 15 postales de las 121 que componen la colección.


  

       Considerado el castillo medieval más importante de Cataluña fue mandado construir por el conde Wifredo el Velloso en 886. Su hijo Wifredo II Borrell lo entregó a Ernemir II, vizconde de Osona, cuyos descendientes pasaron a titularse vizcondes de Cardona, hasta que Alfonso V creó el condado de Cardona, convertido en ducado por los Reyes Católicos. En aquellos momentos, Juan Ramón Folch IV de Cardona estaba casado con una tía del rey Fernando.


         Los Cardona llegaron a ser la familia más importante de Cataluña con numerosas propiedades y fuentes de riqueza tan notables como la explotación de la sal. Mantuvo siempre una excelente relación con la Corona, actuando como mediadores, en diferentes ocasiones, con motivo de algunos de los conflictos suscitados entre los monarcas y los condados catalanes.

         Por falta de sucesión masculina, el ducado pasó en el siglo XVI a integrarse en el de Segorbe y, posteriormente, en el de Medinaceli, volviendo a ser rama independiente en el siglo XX por cesión del título por parte del XVIII duque de Medinaceli a una de sus hijas.




         Dentro del conjunto fortificado se encuentra la iglesia de San Vicente, de estilo románico y considerables dimensiones que fue erigida en colegiata. Se accede a ella por el patio interior y cuenta con un pequeño claustro.

         El castillo sufrió considerables daños durante la Guerra de Sucesión, pues fue sometido a un largo asedio por las tropas borbónicas. Tras su rendición fue utilizado como cuartel hasta 1903. 


         En 1931 se hizo cargo del mismo la Generalitat y, en 1969, fue cedido al Estado para su transformación en un Parador Nacional que fue inaugurado en 1976.





         Decorado con el característico estilo de los Paradores es un excelente establecimiento hostelero, entre cuyos alicientes se encuentra el supuesto fantasma de la habitación 712, que nadie ha visto, pero en torno al cual se han tejido diversas historias amplificadas, como no podía ser menos, por el programa “Cuarto Milenio”.





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