domingo, 19 de junio de 2022

Restauración en Fréscano

 

         El pasado viernes estuvimos en la iglesia parroquial de Fréscano para conocer los trabajos de restauración del retablo de la Virgen del Carmen que se están llevando a cabo dentro del Plan bianual de restauración de bienes muebles, de titularidad eclesiástica, promovido por la Diputación Provincial, en colaboración con el Ayuntamiento de Fréscano y el Obispado de Tarazona.


         Por un importe cercano a los 15.000 euros, la restauración ha sido adjudicada a D. Santiago Ortega que la realiza junto con sus colaboradoras Dª. Pilar Camón y Dª. Elena Naval. Esta última era la única a la que no conocíamos, dado que Santiago reside en Borja y Pilar está trabajando también en nuestro Centro.


         La iglesia parroquial de Ntra. Sra. del Pilar (Patrona de Fréscano) es un monumento que conserva obras de gran interés a las que dedicaremos otros artículos. Una de ellas, aunque no la más importante, es el retablo de la Virgen del Carmen que ha sido incluido en este plan bianual, atendiendo a la devoción que esta advocación mariana tiene en la localidad, donde cuenta con cofradía propia. Por otra parte, el estado del mismo no era bueno, debido a los repintes de la mazonería y a la suciedad acumulada en el lienzo central.




         La limpieza que se está efectuando ha permitido recuperar la policromía original en la que destacan sus vivos colores como se aprecia en el remate (donde aún permanecen unas zonas sin limpiar, como testigos). En la segunda fotografía puede verse el color blanco que tenía el fuste de las columnas salomónicas, algo no demasiado frecuente.

         En el propio retablo consta la fecha de su dorado (1756), realizado a expensas de “Joaquín Andía i su muxer Miguela Merle”.



         La limpieza del lienzo está permitiendo redescubrir aspectos iconográficos que se habían perdido. Pueden verse a la Virgen del Carmen que cubre bajo su manto a San Simón Stock, que fue quien en 1251 recibió el escapulario de manos de la Virgen, y al otro lado a unas religiosas carmelitas. Pero, junto a ellos, se adivinan las figuras de quien, probablemente, fueron los donantes del retablo o del lienzo, mientras en la parte inferior las almas del Purgatorio esperan su liberación, en atención al privilegio sabatino.

         Estamos, por lo tanto, a una destacada labor de restauración que debería encontrar continuidad en el futuro con otros bienes que, en esta visita, hemos podido constatar que han sufrido un evidente deterioro respecto a la situación en que se encontraban en años pasados.






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