Terminamos hoy la reseña de los libros que, recientemente, nos remitió la Institución “Fernando el Católico”, dando noticia de los dos últimos. El primero es el que corresponde al número 21 de la serie “Polifonía Aragonesa” que ha visto modificado el tradicional color verde de sus cubiertas.
Incluye la transcripción de las
partituras de las Lamentaciones de Semana Santa, de Gracián Babán
(1620-1675) siendo responsable de la misma Nieves Pascual León, autora también del
estudio previo.
Gracián Babán, del que se ha cumplido
el IV centenario de su nacimiento en lugar desconocido, pero, sin duda,
aragonés, fue uno de los compositores más reconocidos de su época, a pesar de lo
cual ha terminado injustamente olvidado.
Maestro de Capilla de la colegiata de Daroca,
durante un corto período, y de la catedral de Huesca, durante más tiempo, en
1657 fue elegido para desempeñar ese puesto en la catedral de Valencia, donde
permaneció el resto de su vida, hasta su fallecimiento en 1675, desarrollando
la mayor parte de sus composiciones, entre las que se encuentran estas
Lamentaciones, que alcanzaron notable difusión y de las que se conserva una
copia en la Biblioteca del Estado de Baviera, que ha servido para fijar los
criterios de esta transcripción.
También hemos recibido la obra Los
caminos peregrinos en las Cinco Villas, de Luis Barreiro Bordonaba, editada
por el Centro de Estudios de las Cinco Villas. Esta obra responde, en buena
manera, al interés de este Centro por estudiar los caminos y comunicaciones en
esa comarca aragonesa. Ya en 1990 les dedicó una edición de sus jornadas de
estudio y, ahora, la obra de Luis Barreiro viene a profundizar en esa cuestión,
aunque centrada en los diferentes caminos de peregrinación que atravesaron las
Cinco Villas.
Las 250 páginas del libro se
estructuran en varios apartados, dedicados a los caminos desde la época romana
a la Edad Media, siguiendo el estudio de la red viaria en la Edad Moderna y los
caminos durante el siglo XIX.
El sexto apartado analiza las evidencias
de caminos de peregrinación, asociadas a las diferentes órdenes religiosas y
militares, para dedicar el siguiente apartado a los monumentos más significativos
en esas rutas de peregrinación.
Interesantes son las conclusiones en
las que, entre otras cosas, se proponen cinco rutas que, probablemente, fueron
las más empleadas por los peregrinos que llegaban de Europa en dirección a Santiago
de Compostela. Asimismo, se sugieren una serie de actuaciones encaminadas a
potenciar las diferentes rutas que, sin duda, pueden convertirse en un
importante activo turístico y cultural.
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