Una de las visitas efectuadas, durante nuestra reciente estancia en Valencia, fue al edificio de “La Nau”, histórica sede de su Universidad, donde encontramos algunos recuerdos relacionados con la capital aragonesa, que nos permitieron recordar acontecimientos históricos que desconocíamos.
Uno de ellos es la placa en la que
puede leerse: “La Inmortal Zaragoza al Batallón de Estudiantes Artilleros de la
Universidad de Valencia que defendieron heroicamente la independencia patria en
los Sitios Gloriosos de aquella ciudad. MDCCCVIII-MCMXXIV”.
Nada sabíamos de esta gesta, a pesar de que una placa similar se encuentra a la entrada de la Sala de Autoridades del actual Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, antigua Facultad de Medicina, en la que permanecimos seis años sin percatarnos de ella y sin que nadie hiciera mención de las razones de su existencia.
Han tenido que transcurrir más de 50 años para que tuviéramos
noticia de lo acaecido en Valencia en 1808. Allí, un humilde panadero, Vicent
Doménech, declaró la guerra a Napoléon, con aquel “Grito del Palleter” que
inmortalizó Joaquín Sorolla en este lienzo. "Yo, Vicent Doménech, un pobre
palleter, li declare la guerra a Napoleó. ¡Vixca Ferran VII i mort als
traïdors!".
Para enfrentarse al invasor, a comienzos del verano de 1808 se
formaron n cuatro batallones de voluntarios, a los que muy pronto quiso sumarse
la Universidad, constituyendo su propio batallón, integrado por cinco compañías
de 200 estudiantes, teniendo como oficiales a sus profesores. Debido a su
especial preparación fueron encuadrados como artilleros.
El 13 de junio de 1810, en la basílica de los Desamparados
fue bendecida la bandera de la unidad. Una tela de casi 3 metros de alto y 2 de
ancho en la que está representada la diosa Minerva, con una espada en la mano y
un escudo en el que puede leerse “Valor, constancia y lealtad reina en la
Universidad de Valencia”. En su perímetro se puede leer “Reliquias del Batallón
de Estudiantes Artilleros”. El diferente color de la palabra “Reliquias” nos
induce a pensar que fue introducida cuando la bandera le fue ofrecida a
Fernando VII durante su visita a Valencia, en 1814, por los supervivientes del
batallón.
Porque aquellos estudiantes valencianos combatieron
heroicamente en Zaragoza y allí murieron muchos, siendo conducidos presos a
Francia los supervivientes, regresando a su tierra al finalizar la guerra.
Fue en 1924 cuando el Ayuntamiento y la
Universidad de Zaragoza decidieron recordar esa gesta, dedicándoles unas
lápidas conmemorativas, tanto en la capital aragonesa como en Valencia.
Las lápidas fueron realizadas por el escultor Virgilio Garrán
Rico (1897-1955) que, además, era Comandante de Infantería y pintor. Entre sus
obras destaca el león existente a los pies de la estatua de Alfonso I el
Batallador en el monumento del parque zaragozano del cabezo de Buenavista.
La inauguración de la lápida en la Universidad
de Valencia tuvo lugar el 14 de mayo de 1924, con asistencia de
representaciones de la Universidad de Zaragoza y del Ayuntamiento de la capital
aragonesa, presididas por el Rector D. Ricardo Royo Villanova y el Alcalde D.
Juan Fabiani y Díaz de Cabria.
Por la mañana se celebró en la iglesia del Colegio del Corpus Christi, una
Misa en sufragio de los artilleros estudiantes valencianos fallecidos y, por la
tarde, tuvo lugar un acto académico en el Paraninfo de la Universidad en el que
estuvieron presentes todas las autoridades valencianas. En el transcurso del
mismo le fue ofrecida al estandarte valenciano la corbata que le dedicaban los
estudiantes de Zaragoza y el alcalde de Zaragoza impuso, a la Universidad de
Valencia, en la persona de su Rector, las medallas de Descendiente de los
héroes de los Sitios y la de Oro de la inmortal Zaragoza.
A continuación, se procedió a descubrir la lápida, en presencia de la bandera del Batallón de Estudiantes que era escoltada por escolares de uniforme que, en esos momentos, estaban en filas.
La del Paraninfo de Zaragoza fue
inaugurada por el rey Alfonso XIII al año siguiente. Queremos también destacar
que la bandera del Batallón de Estudiantes fue restaurada recientemente en el Institut
Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i) de la Generalitat
Valenciana.
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