En la infancia de las personas de cierta edad, los cuadernos escolares propios de cada colegio tenían un protagonismo especial y fueron los precedentes de otros cuadernos que, publicados por diferentes editoriales, se popularizaron más tarde. Nos han donado varios del Colegio de Santa Ana de Borja, a través de los cuales puede analizarse el tipo de formación que recibían las alumnas en ese centro escolar, a mediados del siglo XX (uno de ellos lleva fecha de 1949).
Hay que tener en cuenta que, en
aquellos momentos, eran muy raras las chicas que accedían al Bachillerato, como
paso previo para el estudio de una carrera. Por ello, la enseñanza que recibían
puede ser clasificada en lo que se conocía como “Cultura General” que
comprendía muy variadas materias, entre ellas la Gramática, con frecuentes
dictados y ejercicios de análisis gramatical.
Pero, también Matemáticas, centradas en
problemas prácticos de uso cotidiano, precedidas por la previa realización de todo
tipo de operaciones.
Curiosamente, se daba mucha importancia
a la redacción de cartas y, en los cuadernos, aparecen diferentes modelos,
desde las de felicitación a las de pésame, pasando por otros supuestos de la
vida cotidiana.
La formación religiosa adquiría, como
es lógico en un centro de esas características, una especial importancia, centrada
en la devoción a la Virgen y al Sagrado Corazón. Tampoco faltaban las
enseñanzas de tipo histórico, teñidas de un acendrado fervor patriótico.
Se valoraba mucho la presentación de
los cuadernos, contemplando la caligrafía y las ilustraciones de la alumna,
aunque a la vista de algunas es posible que contaran con la “ayuda” de alguna
de las religiosas.
Finalizamos el análisis de estos
cuadernos de Margarita Bonel con la composición que figura al inicio de uno de
ellos, que bien puede ser considerada como el himno del colegio:
“Soy de España y en Borja nacida/Al colegio voy con ilusión/Religiosas orientan mi vida/ Amo a Cristo, trabajo por Dios”, terminando con un vibrante grito de “Juventudes por Dios/Juventudes a luchar”. ¿Se imaginan a las niñas y niños actuales cantando estos versos?
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