jueves, 11 de mayo de 2023

Libros recibidos 609

 

         La Institución “Fernando el Católico” ha editado, con el número 98 de su colección “Fuentes Históricas Aragonesas”, la obra del Prof. D. Mario Lafuente Gómez que lleva por título El contrato feudovasallático en Aragón. Las convocatorias de servicio militar (1260-1371).

         Son 650 páginas, distribuidas en dos volúmenes, en los que el autor reúne 318 documentos relacionados con la convocatoria y movilización militar de los vasallos y feudatarios de los reyes de Aragón, en este reino, durante el período estudiado.

         Para quienes no los conozcan, resulta muy interesante la exposición que realiza de los diferentes tipos de relación con el monarca, desde los antiguos “honores” a los llamados “feudos de bolsa” o “feudos bastardos” que terminaron por imponerse, en los que, a cambio de unos lotes de renta (establecidos en 500 sueldos jaqueses), los beneficiarios debían mantener tantas unidades de caballería como lotes hubieran recibido, por lo que estos últimos también eran conocidos con el nombre de “caballerías”.

         Ese compromiso militar lo era por tres meses al año, siempre dentro de las fronteras de Aragón ya que si tenía que realizarse más allá de ellas era preciso pactar otro tipo de compensaciones.

         Se hace referencia también a los diferentes grupos a los que el rey se dirigía para recabar una prestación: miembros de su casa; miembros de la Orden de Caballería de San Jorge; feudatarios; personas comprometidas por acuerdo de las Cortes del reino; y sin ningún acuerdo vinculante. Ni que decir tiene que, en virtud de la pertenencia a uno u otro grupo, variaba la forma de dirigirse a ellos y el carácter coercitivo.


         No son muchas las referencias a nuestra zona en los documentos relacionados. Por lo que a Borja se refiere, en 1272, se indica que, a cambio de X caballerías (contribución del rey) debe aportar para el esfuerzo militar 5.000 sólidos, de los cuales 2.000 corresponden a los cristianos y 3.000 de los “sarracenos”. El sólido era una moneda de cuenta (no existía como tal) equivalente a 12 dineros.

         Desde Figueras, el 22 de abril de 1285 Pedro III convoca a varios miembros de la aristocracia aragonesa para combatir contra el ejército que dirige Felipe, hijo del rey de Francia, el cual amenaza la frontera aragonesa con Navarra. Se les indica que acudan a Fréscano con gentes, caballos y armas. 

Reinaba entonces en el vecino país Felipe III el Atrevido, siendo su hijo el futuro Felipe IV el Hermoso que accedió al trono en octubre de ese mismo año, por fallecimiento de su padre.

El conflicto, que tenía su origen en el enfrentamiento con Francia y el Papado por la posesión de Sicilia, había dado lugar a la excomunión del monarca aragonés y a su teórica deposición. Aunque las primeras escaramuzas de la guerra se libraron en la frontera navarra, el conflicto se saldó con la victoria sobre los franceses en la batalla del Collado de las Panizas, librada entre el 30 de septiembre y 1 de octubre de 1285, aunque Pedro III poco pudo disfrutar de su triunfo pues falleció un mes después. 

Entre los personajes convocados para la guerra se encontraban Eximino de Urrea, Artaldo de Luna, Lope Ferrench III de Luna, Petro Sesse, Gombaudo de Tramaceto, Alamando de Gudal, Blas Sancho de Orte, Guillermo de Alcalano de Quinto, Sancho de Orta, Artaldo de Orta y Beltrán de Naya, a los que se ordenó acudir a Borja.

En Magallón debían concentrarse Gombaudo de Benavento, Pedro Jordán de Peña, Gonzalo de San Pedro y Martín Eximeno de Agón. En Gallur, Pedro Martínez de Luna, Sancho de Antillón y Eximino Pedro de Pina. En Mallén, Egidio Rodríguez de Montuenga, Pedro Lope de Oteiza y Lope Guillermo de Oteiza.

En la convocatoria para las Cortes a celebrar en Monzón, en 1289, entre los convocados figuran: el abad de Veruela, “concilio Burgie”, “hominibus de Boria”, “concilio de Galur”, y “concilio de Magallón”.



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