No hace mucho dimos noticia del inicio
de la construcción de dos nuevos nidos en el exterior de la colegiata de Santa
María, uno de ellos en un contrafuerte de la calle Claustrones y el otro en la
torre del reloj, donde ya había otro, desde hace años.
Vimos acarrear ramas para formar los nidos a sendas cigüeñas, posiblemente machos y, aunque iniciaron sus trabajos más tarde de lo que suele ser habitual, nada hacía presentir lo ocurrido.
Porque, en uno y otro caso, cuando los
nidos comenzaban a cobrar forma, han desaparecido las cigüeñas a las que nunca
vimos acompañadas. ¿Qué ha ocurrido? Nos gustaría conocer la opinión de un etólogo.
En principio, suele relatarse que las
cigüeñas forman parejas estables en el tiempo y que vuelven siempre a su nido. ¿Eran
machos jóvenes los que estaban iniciando su andadura en Borja? ¿No han
encontrado pareja? ¿A sus parejas no les ha gustado el aposento que les estaban
preparando en nuestra ciudad?
Son preguntas para las que no tenemos
respuesta pero es sólo en el antiguo nido donde todo sigue su curso y donde pronto
nacerán los cigoñinos que la pareja anida.
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