Dance de Boquiñeni

            El pasado lunes nos desplazamos a Boquiñeni para presenciar el dance que, en honor a San Gregorio, se interpretaba ese día. No disponíamos de imágenes del mismo en el archivo del Centro y la excelente mañana propiciaba el viaje que resultó especialmente interesante. 

            Terminada la celebración de la Eucaristía en la iglesia parroquial, la imagen del Santo, llevada a hombros y acompañada por las autoridades locales y los danzantes, fue llevada al Pabellón Municipal donde iba a tener la representación del dance. 

            Nos sorprendió el ritmo de la marcha, impuesto por los danzantes, los gaiteros de Tauste o los propios llevadores de las andas. Lo cierto es que, tanto a la ida como al regreso, tuvimos dificultades para seguirlos, pues más parecía una competición deportiva que una procesión normal.

            Una vez en el interior, la peana del Santo es situada en el escenario, ocupando las autoridades un lugar preferente. Eran muchas las personas asistentes, la mayoría de las cuales disponían de asientos, lo que facilita mucho la contemplación de la representación. 

            Comienza ésta con la interpretación del “dance” que, como es sabido, se trata de una interpretación teatral en la que intervienen el mayoral, el rabadán y los danzantes, en el papel de pastores, todos ellos tocados con sombrero de paja y vara, salvo mayoral y rabadán que llevan sus cetros característicos con cintas y flores.

            Aquí, tiene especial importancia el personaje del “sacristán”, aunque buena parte de su actuación transcurre en el suelo, donde cae abatido por los sobresaltos que le proporciona la irrupción del demonio.

            La espectacular entrada de éste tiene lugar entre el ruido y el humo que provocan el estallido de los petardos. Vestido de negro y con el tridente en la mano, intentará detener la fiesta en honor de San Gregorio.

            Afortunadamente, el ángel logrará expulsarlo, recuperando al mismo tiempo la salud del pobre sacristán, de manera que la fiesta puede continuar entre los aplausos del público.

            Este año, se produjo el emotivo relevo de intérpretes en el papel de diablo y, al finalizar su intervención, el anterior descubrió la cara del nuevo, entre la sorpresa de los asistentes. Hemos de resaltar que, a diferencia de otros lugares, el dance de Boquiñeni tiene una extensión considerable, a pesar de lo cual, todos los participantes lo recitaron muy bien y sin errores ni interrupciones, lo cual demuestra una excelente preparación. 

            A continuación, tienen lugar los dichos en homenaje a San Gregorio, recitados por cada uno de los danzantes, alguno de los cuales no pudo reprimir su emoción, seguidos de las “competencias” que mayoral o rabadán les dedican. Luego, como es habitual, el mayoral o el rabadán, siempre en tono festivo.

            Terminada esa parte, comienza la segunda, el “paloteo” o “paloteado”. Hay dos grupos integrados, cada uno de ellos, por ocho danzantes, mayoral y rabadán. Bailan por separado o conjuntamente y, en Boquiñeni, sólo utilizan palos. 

            Terminado el baile, mudan los palos por castañuelas para acompañar al santo de vuelta al templo parroquial. Como a la ida, les sigue la corporación municipal y las reinas de las fiestas, así como los reyes y reinas infantiles. En el trayecto, como ocurre en otros lugares vecinos, los danzantes pasan bajo las andas del Santo, sin dejar de bailar. 

            Con la entrada de la imagen en la  parroquia, a los acordes del himno nacional, finalizaron los actos que, en esta ocasión, contaron también con la presencia de un equipo de Aragón TV que estuvo grabando un extenso reportaje con entrevistas a algunos participantes.