A
raíz de un reciente artículo sobre Trasobares, D. Jesús Arcega nos ha traido
estos recibos correspondientes a las cantidades que, en 1969, abonaba una
familia de esa localidad por la asistencia sanitaria.
En
aquellos momentos, cuando la Seguridad Social no había alcanzado todavía a los
trabajadores del campo, era preciso concertar la asistencia con los médicos y
practicantes, pertenecientes al Cuerpo de Asistencia Pública Domiciliaria
(APD). En Borja había tres plazas de médicos titulares de dicho cuerpo, cada
uno de los cuales tenía señalada una zona de la ciudad y su correspondiente
anejo: Albeta, Maleján o El Buste.
Albeta
le correspondía a D. Juan Ciria Butler que ejerció la profesión en Borja
durante la mayor parte de su vida. El practicante era D. Manuel Andrés Soria,
otro de los grandes profesionales de aquella época. Sus honorarios eran
cubiertos por las “igualas”, cantidades que abonaba cada familia mensualmente y
cuyo importe dependía de la situación
económica de cada casa. A través de los recibos que hemos reproducido vemos que
esa familia, en concreto, abonaba 60 pesetas al médico y 30 al Practicante.
Es
significativo el hecho de que, en 1969, se continuaran cobrando esas igualas ya
que, desde el 1 de enero de 1967, había entrado en vigor la cobertura de la
Seguridad Social en el ámbito rural, por lo que médicos y practicantes pasaron
a percibir una retribución por cada cartilla que les fue asignada. A pesar de
ello, las igualas continuaron con carácter voluntario, durante algún tiempo.
También
nos ha entregado este curioso resguardo que da fe de haber sido vacunada contra
el cólera la persona reseñada. Muchos quizás no recordarán que el penúltimo
brote epidémico de cólera desencadenado en España tuvo como escenario la ribera
del Jalón.
Comenzó
a mediados de julio de 1971 con la aparición de un importante número de
procesos diarreicos que, para evitar la alarma, se evitó calificar de cólera aunque los análisis
microbiológicos confirmaron la positividad de algunos casos. En concreto, en
Épila se declararon 32 casos, 5 de ellos positivos al cólera, y otros 2 en
Rueda de Jalón.
A
pesar del control ejercido en los medios de comunicación, el temor se adueñó de
muchas personas por lo que se decidió proceder a la vacunación de toda la
provincia. En Albeta, se llevó a cabo el 26 de julio, bajo la supervisión de un
joven licenciado que acababa de terminar sus estudios. Para ello se desplazaron
desde Borja 3 practicantes con efectivos de la Cruz Roja y un Policía
Municipal.
Conviene
señalar que la eficacia de la vacunación, en este caso, es relativa y lo que
realmente sirvió para controlar la epidemia fueron las medidas de cloración de
las aguas que inmediatamente se establecieron en todas las localidades. Las
pérdidas económicas fueron importantes al quedar bloqueada la salida de la
producción de frutas pero la experiencia sirvió para la puesta en marcha de un
plan de abastecimiento de aguas en la provincia, superando unos sistemas
medievales que habían propiciado la aparición del brote epidémico.
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